20 de noviembre

Secundaria - Bachillerato

curso 2023 - 2024



Santoral

FRASE DEL DÍA

El hombre que mueve montañas empieza
apartando piedras pequeñas.
(Confucio)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (18, 35-43):

En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna.

Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: «Pasa Jesús Nazareno.»

Entonces gritó: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»

Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»

Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.

Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?»

Él dijo: «Señor, que vea otra vez.»

Jesús le contestó: «Recobra la vista, tu fe te ha curado.»

En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

Palabra del Señor. 

Para la reflexión:

CEGUERA ESPIRITUAL

Imagina que hoy es un bonito día soleado, y estás rodeado de un paisaje increíble, pero tus ojos están vendados. Puedes sentir el calor del sol en tu piel, escuchar el canto de los pájaros y percibir el suave murmullo de un río cercano, pero no puedes ver nada. Estás atrapado en la oscuridad, a pesar de que todo lo que necesitas para disfrutar de lo que te rodea es quitar esas vendas de tus ojos.

Esta metáfora refleja la ceguera espiritual que a veces podemos experimentar. En lugar de ver la belleza y la verdad que nos rodea, nos aferramos a nuestras creencias limitadas, prejuicios y preocupaciones mundanas como si fueran vendas que cubren nuestros ojos. Estas vendas pueden ser la ignorancia, los pensamientos negativos, la envidia, el egoísmo o cualquier otra cosa que nos impide ver la realidad tal y como es.

La ceguera nos impide experimentar la plenitud y saber cuál es el propósito de nuestra vida. Nos desconecta de los demás y de nosotros mismos. Pero, al igual que en la metáfora, la solución está en nuestras manos. Podemos elegir quitarnos esas vendas y abrir nuestros ojos a una realidad más profunda.

¿Cómo lo hacemos? Podemos empezar por buscar la verdad y preguntarnos: ¿Qué prejuicios tengo? ¿Qué miedos o preocupaciones me impiden ver la belleza de la vida? Una vez que identifiques estas vendas, se trata de trabajar para deshacerte de ellas. Esto puede requerir tiempo y esfuerzo, pero el resultado merece la pena. Llevar a cabo esta tarea comienza por aprender del ciego del Evangelio. Necesitamos pedir ayuda a Dios.

Cuando comenzamos a liberarnos de la ceguera espiritual, podemos ver el mundo de manera diferente. Empezamos reconocer la belleza en las pequeñas cosas, a sentir compasión por los demás y a encontrar un sentido más profundo en nuestras vidas.

Así que, no tengáis miedo de mirar en el interior, de cuestionaros las cosas y de buscar la verdad. ¡Es hora de ver el mundo con nuevos ojos y descubrir todo lo bueno que siempre ha estado a vuestro alrededor!

Me pregunto...

¿Puedes reconocer cuales son tus vendas?

¿Que crees que puedes hacer hoy para sanar tu ceguera?

Oración

Señor, dame la fe para saber que Tú siempre estás conmigo. Necesito la gracia para ver todo con tu mirada. Te doy las gracias  por nunca dejarme solo en mis problemas y tristezas. Te pido que aumentes mi fe para ser capaz de experimentar tu amor en las dificultades y pruebas que pueda encontrarme en este día.

Amén.

Capital de Gracias

Para el día de hoy voy a intentar no sólo buscar a Jesús por conveniencia o por curiosidad, sino buscarlo para tener un encuentro personal con Él y dejarme sorprender. 

Consagración a la Virgen

Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilízame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.