21 de mayo

Secundaria - Bachillerato

curso 2023 - 2024



Santoral

FRASE DEL DÍA

Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad.
(2 Cor 3,17)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor.

Para la reflexión:

EL MÁS IMPORTANTE.

El Evangelio nos recuerda quién es el más importante para Jesús. Los Discípulos no lo acababan de entender, porque les costaba conectar con la onda del Maestro. No se trata de ser el más listo, o el más fuerte, o el más rápido. Consiste en ser el más humilde, el servidor de todos, pequeño como un niño que, confiado, se deja llevar por sus padres.

Me pregunto...

¿Qué crees que significa ser como un niño?

¿Te cuesta tener la docilidad y la inocencia de un niño?

Oración

Jesús, enséñame a entregarme con la confianza y docilidad de un niño a mi misión, como discípulo y misionero de tu amor. Te ofrezco éste y todos mis días. Tómame Señor, como tu servidor. Cuenta conmigo. Amén.

Capital de Gracias

Hoy quiero tener una atención, un acto de servicio, o al menos una sonrisa, con la persona que más me cuesta «soportar», con la sencillez de un niño.

Consagración a la Virgen

Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilízame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.


Reina del cielo, alégrate, aleluya.
Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.

Ha resucitado según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Goza y alégrate Virgen María, aleluya.
Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.