Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,36-38):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor. 

¿Crees que algunos de tus comentarios pueden llegar a herir a otros?

¿Alguna vez has juzgado sin conocer a la persona?

Jesús, gracias por mostrarme el camino a seguir. Ser misericordioso, no juzgar, no condenar, perdonar y dar generosamente, suena fácil... pero también es contrario a mi tendencia egoísta y soberbia.
¡Ven Espíritu Santo! Ilumina mi mente y llena de amor mi corazón, para que este tiempo de cuaresma sea un punto de partida para cambiar mi corazón.

Hoy voy a tratar ser paciente con los defectos y limitaciones de los demás.

Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilízame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.