Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-15):

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:

«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».

Jesús les dijo:

«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

Palabra del Señor. 

LA ENVIDIA DESTRUYE, LA ADMIRACIÓN CONSTRUYE

Muchas veces nos fijamos más en lo que hacen los demás que en lo que nosotros tenemos que hacer. Nos sucede como a los discípulos de Juan en el Evangelio de hoy.

Jesús nos invita a realizar cada día, con sencillez, las cosas que se nos encomiendan, sin cuestionar lo que está haciendo el de al lado.

¿Te gusta celebrar los éxitos de los demás?

¿Sueles mirar a tus compañeros con envidia o con admiración y respeto?

¿Te fijas más en lo que hacen los otros que en lo que haces tú?

Jesús, quiero acercarme a Ti en esta mañana lleno de alegría y gratitud, porque Tú siempre me das todo e incluso mucho más de lo que necesito. Te doy gracias por mi vida, por la vida de mi familia, por el don de la salud, por nuestra casa, por el colegio, por todas las bendiciones que Tú nos das y también por aquellas que están por llegar.

En esta oración te pido que apartes de mi toda envidia y pensamiento negativo que me destruye y que no me deja mirar a los demás con el amor que Tú les miras. 

Amén. 

Hoy voy a amar y dar valor a lo que tengo y voy a dar gracias por algo concreto. También voy a tratar de alegrarme por lo que tienen los demás y reconocerle algo bueno a alguien. Si te acuerdas, apuntalo en la tinaja.  Ofrezco el día por los compañeros de 4ºESO que están volviendo de Lourdes.

Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilízame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.