14 de diciembre

Secundaria - Bachillerato

curso 2023 - 2024



Santoral

2ª SEMANA DE ADVIENTO

Ir al encuentro de Aquel que viene es poner luz en nuestro corazón para disipar las tinieblas que nos impiden verle. 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,11-15):


En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.

El que tenga oídos, que oiga».


Palabra del Señor.

Para la reflexión:

JUAN EL BAUTISTA

Es el último de los profetas y encarna perfectamente el espíritu del adviento.

Como precursor del Mesías tiene la misión de preparar los caminos del Señor, de anunciar a Israel el conocimiento de la salvación y, sobre todo, de señalar a Cristo ya presente en medio de su pueblo.

La predicación del Bautista, es una llamada a la CONVERSIÓN, al CAMBIO. 

El adviento, enseña a vivir esa actitud de los pobres, de los mansos, los humildes, los disponibles, a quienes Jesús proclamó bienaventurados. 

Me pregunto...

¿Necesito que mi corazón cambie en este tiempo?
¿Qué cosas sobran en mi vida y que cosas faltan?
¿Preparo el camino al Señor dandole a conocer con mi ejemplo?

Oración

Señor Jesús, con humildad de pedimos que nos capacites para ser fieles testigos de ti, que eres la Luz. Danos la fuerza de tu Espíritu, para que amando como tú, entregando la vida en servicio, perdonando setenta veces siete, amando al que nos ofende, yendo por el mundo derramando misericordia sin límite, glorifiquemos a nuestro Padre y seamos invitación viviente para seguirte.
Amén.

Capital de Gracias

Ofrecemos al Capital de Gracias aquellas cosas que tienen que cambiar en mi corazón para amar más a los demás y ser cada día mejor, para poder entregarme a lo que Dios me pide. Me comprometo a poner por escrito aquellas cosas que necesitan ser transformadas por el Señor.

Consagración a la Virgen

Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilízame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.