12 de diciembre
Secundaria - Bachillerato
curso 2023 - 2024
Santoral
2ª SEMANA DE ADVIENTO
Estar alerta es descubrir que, de mil maneras, Dios pasa a nuestro lado: DIOS INVISIBLE PERO SENSIBLE.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,12-14):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».
Palabra del Señor.
Para la reflexión:
MIRAR A CADA UNO
Jesús nos enseña en este Evangelio, que cada uno es importante de manera individual.
En este adviento aprendamos a mirar individualmente a cada persona que tenemos cerca, a cuidarles, a descubrir sus necesidades, y a sorprenderles con nuestros actos de servicio y nuestros gestos de amor.
Me pregunto...
¿Cuidas de las personas que tienes cerca?
¿Dedicas tiempo a tu familia, especialmente a los que más lo necesitan?
¿Tienes detalles con los demás?
Oración
ORACIÓN A MARÍA
María, Virgen del Adviento,
esperanza nuestra,
de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.
Madre de los hombres,
de la mar estrella,
llévanos a Cristo,
danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre,
la de gracia llena,
del Señor la esclava,
del mundo la reina
.
Alza nuestros ojos
hacia tu belleza,
guía nuestros pasos a la vida eterna.
Amén
Capital de Gracias
En este día ofrecemos al Capital de Gracias nuestra mirada sobre los demás y ponemos delante de la Virgen a todas aquellas personas con las que no nos paramos a hablar o a escuchar, por falta de tiempo o de interés. Hoy quiero tener el gesto de prestar atención a alguien y a escucharlo con generosidad y desinteresadamente.
Consagración a la Virgen
Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.
En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya.
Amén.
Lector: REINA DE LA FAMILIA Y MAESTRA DEL HOMBRE NUEVO
Todos: ¡Ayúdanos en la misión!