10 de abril

Secundaria - Bachillerato

curso 2023 - 2024



Santoral

FRASE DEL DÍA

El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza.

(Papa Francisco)

Lectura del santo evangelio según san Juan (3,16-21):

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra del Señor.

Para la reflexión:

DIOS PUEDE.

Muchas veces vivimos desanimados o postrados, desconfiamos de que nuestra vida tenga algún valor. La Palabra vuelve a despertar la confianza en nosotros. La Pascua es el tiempo para volver a creer y volver a despertar la confianza en la fuerza de Dios. Dios puede. Dios puede. Dios puede. Dios arrancó a su Hijo de la muerte y está dispuesto a hacer lo mismo con nuestras vidas liberándolas de todo aquello que la amenaza.

Me pregunto...

¿Vives la vida con esperanza creyendo que las cosas pueden cambiar?

¿Crees que Dios tiene poder para levantarte en los malos momentos?

Oración

Jesús, pongo toda mi vida en tus manos para que Tú me guíes hacia esa luz que me aleje de las tinieblas. Ayúdame a vivir con esperanza, sabiendo que Tú lo puedes todo. Amén.

Capital de Gracias

Hoy voy a pasar unos minutos por la capilla haciendo una oración sencilla: Jesús confío en ti.

Consagración a la Virgen

Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilízame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.