Los centros educativos de Misioneras Hijas del Corazón de Jesús tienen como finalidad hacer de su alumnado hombres y mujeres auténticos, que respondan adecuadamente a la imagen de hombre total, en su triple dimensión personal, social, y religiosa.
1. El colegio María Madre de la Iglesia pretende formar a cada uno de sus alumnos en su dimensión personal, ayudándole a descubrir y realizar en el mismo un tipo de persona que se caracteriza por:
Libertad responsable.
Madurez para tomar decisiones personales.
Fortaleza para mantener el esfuerzo permanente que exige la vida.
Apertura de futuro.
Flexibilidad para el cambio de actitudes y situaciones.
Sensibilidad ante los grandes problemas del país y del mundo.
Originalidad personal, dotada de actitud crítica y creativa.
Equilibrio y estabilidad racional y afectiva que le capacitan para tomar decisiones acertadas.
2. La Formación y desarrollo de la dimensión social del alumno son imprescindibles para su formación integral, sobre todo en la situación social actual. Características de esta formación social en nuestros centros son:
Solidaridad con el entorno respetando y buscando el bien común.
Responsabilidad participativa y acatamiento de la autoridad legítima.
Respeto a las ideas y a la conciencia de los demás.
Búsqueda de la justicia y de la paz, en un compromiso de trabajo.
Compromiso en la construcción de la fraternidad humana.
3. El colegio María Madre de la Iglesia estima que, en la educación integral, no se puede prescindir de la dimensión transcendente de la persona que para el cristiano, se realiza en la fe. La aportación original de la escuela católica es que intenta el desarrollo y plenitud del alumno, a partir de una concepción específica del hombre y del mundo, tal como nos ha sido revelado por Jesucristo. En el colegio de las Misioneras Hijas del Corazón de Jesús, la personalidad del alumno se forma por referencia a los valores evangélicos, porque la persona y la sociedad no encuentran su fin en sí misma, sino en una apertura constante al plan de Dios.
No es posible seguir concibiendo el aula como una puesta en escena constante por parte del profesorado, en el que los alumnos sigan siendo sujetos pasivos de lo que en el aula ocurre. Necesitamos convertir a los alumnos en protagonistas de su propio proceso de aprendizaje, donde el error forme parte fundamental de su desarrollo.
El trabajo cooperativo y colaborativo es estratégico ya que permite un aprendizaje real entre iguales, gestionar roles y responsabilidades asignándoles distintas funciones ejecutivas que mejoran la convivencia y organización del aula y la gestión emocional a la hora de decidir estrategias y acciones. Aprender de un compañero y enseñar a otro compañera genera doble ruta en su aprendizaje.
Por otro lado, integrar todo este aprendizaje competencial, desafiando al alumno a resolver retos conectados con la vida real, hace que la motivación juegue un papel fundamental. De ahí que los ABP (Aprendizaje basado en Proyectos), permita trabajar interdisciplinarmente, no trabajando las distintas materias del conocimiento de forma parcial, sido interconectadas y dependientes unas de otras.
La apuesta del Centro por los idiomas es radical y seria. Desde hace años iniciamos la andadura de generar un proyecto que permitiera a los alumnos aprovechar el aprendizaje de una segunda lengua extranjera .
El proyecto se inicia desde las edades de Infantil, donde los alumnos integran rutinas diarias en inglés, contando además con 3 sesiones semanales con maestras especialistas en B2 y auxiliares de conversación nativos que permiten un aprendizaje de mayor calidad y rigurosidad.
En el paso a Primaria mantenemos esas 4 sesiones semanales en el área de Inglés, añadiendo una más donde es la lengua extranjera la encargada de vehicular las distintas rutinas en el aula, por lo que tenemos según nos permita la normativa, intentamos mantener un total de 5 sesiones semanales.