Nuestro modelo educativo se basa en un plan de desarrollo de competencias cuyo objetivo es contribuir a la formación integral del estudiante. Se centra en el desarrollo completo de nuestros alumnos y atiende a sus necesidades sociales, físicas, emocionales y culturales, además de su potencial académico. Tiene en cuenta los siguientes aspectos:
Respetar el proceso del niño de hacerse persona; Respeto a la individualidad, al ritmo de cada uno, a la originalidad y creatividad. Desarrollar las capacidades, actitudes, destrezas, hábitos.
Libertad como medio de realización. “El hombre se realiza eligiendo”.
Actitud a través del descubrimiento. Consiste en “aprender haciendo”.
Tomar como meta el proceso perfectivo de “aprender a aprender”, por el que importa la formación que se deriva de los conocimientos, en el sentido de que es tan importante “lo que se aprende” como el “cómo se aprende” ya que este último dota a los alumnos de una serie de aptitudes y competencias tan importantes como los propios conceptos adquiridos a lo largo del proceso de enseñanza –aprendizaje.
Dotar al alumno de los valores necesarios para la formación y desarrollo de su personalidad.
Socialización: Participación responsable en el bien común. Su inserción en la comunidad a través de su apertura, diálogo, trabajo y esfuerzo, convivencia y amistad.
La integración progresiva y participación plena y responsable en las estructuras y dinamismo de su entorno.
La capacitación responsable para ofrecer su aportación futura a la sociedad.
METODOLOGÍA
Uno de los rasgos más sobresalientes que desarrollamos, en beneficio de nuestros alumnos, es su capacidad de adaptación a cualquier circunstancia personal o profesional que la vida les depare. Por ello, nuestro sistema pedagógico es de apertura a toda "sana" corriente de pedagogía activa, en la que el niño se sienta y sea el principal actor, considerándose los profesores como meros auxiliares, aunque insustituibles, o guías en el trabajo del alumno. El profesor sabrá estar siempre muy atento al quehacer y comportamiento del alumno, para, partiendo de sus iniciativas (C. Freinet y M. Montessori), elaborar un sistema orgánico de trabajo.
Basados en estos criterios, nos ha servido de guía el método de Pierre FAURE: el trabajo personal del alumno ayudado por la atención inmediata del profesor-guía. Para ello es necesario deponer toda inclinación a la lección magistral, a dárselo todo hecho, al "magister dixit".
La toma de contacto diaria y la "puesta en común" semanal, en la que el niño desarrolla su necesidad de expresión, son momentos de la mayor monta en un ambiente de trabajo personal. Nos interesa más lo que el niño "es", que lo que el niño "sabe". Notando que el "es" es algo que brota del propio ser de cada alumno, y, por tanto, jamás se intentará impostarle un "es" profesoril.
Este sistema de educación personalizada conlleva la dedicación concreta a cada individuo, y la aplicación de los remedios pertinentes en cada caso. No ignorando que cada individuo es una unidad irrepetible, que exige su propio cuidado.
Todo esto supone necesariamente y con antelación la programación a escala general, y la planificación concreta del trabajo escolar. Siendo imprescindible que dicha planificación se tenga preparada y, a ser posible, conocida en sus líneas generales por el propio alumno.