Las buenas prácticas son un conjunto de acciones, estrategias y metodologías, diseñadas e implementadas por los centros escolares y sus comunidades, para atender con eficacia y de manera pertinente, una necesidad o resolver un problema. 

Es decir, se constituyen en experiencias significativas concretas que son el resultado de factores personales e institucionales que implica el conocimiento de cómo hacer algo, y la capacidad para llevarlo a cabo: Saber y Saber Hacer. Conocimiento y habilidad para actuar.

Estas experiencias significativas y exitosas suponen el gran desafío de fortalecer la calidad educativa ofrecida en la institución, provocando un impacto positivo en la gestión institucional, la gestión pedagógica, en los aprendizajes,  desempeños de los estudiantes, responder a sus necesidades y/o contextos, aprovechando sus habilidades, capacidades y trayectorias.