En la actualidad los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan al desafío de utilizar las Tecnologías de la Información y la comunicación (TIC) para proveer a sus alumnos con las herramientas y conocimientos necesarios que se requiere en el siglo XXI.
Al respecto la UNESCO (2004) señala que en el área educativa los objetivos estratégicos apuntan a mejorar la calidad de la educación por medio de la diversificación de contenidos y métodos, la promoción de la experimentación, la innovación, la difusión el uso compartido de información y de buenas prácticas, la formación de comunidades de aprendizaje y estimulación de su lenguaje fluido sobre las políticas a seguir. Con la llegada de las tecnologías, el énfasis de la profesión docente está cambiando desde un enfoque centrado en el profesor que se basa en prácticas alrededor del pizarrón y el discurso, basado en clases magistrales, hacia una información centrada principalmente en el alumno dentro de un entorno interactivo de aprendizaje.
Las TIC son una innovación educativa del momento y permiten a los docente y alumnos cambios determinantes en el quehacer diario del aula y el proceso de enseñanza- aprendizaje de los mismos.
La incorporación de las TIC en la educación tiene como función ser un medio de comunicación, canal de comunicación e intercambio de conocimientos y experiencias.
Es válido que el docente de hoy aparte de tener su fortaleza disciplinar en su área, igualmente pueda llevar a cabo una conexión con las TIC estableciendo así un dialogo contextualizado con el estudiante, el cual se refleje a través de una empatía entre estos permitiendo que el aprendizaje del estudiante se lleve a cabo de una forma lúdica, donde el docente facilite la interacción , llevando así un acompañamiento acorde a las características de las teorías pedagógicas contemporáneas; que resaltan la función del docente, como mediador del conocimiento y no de trasmisor.