Presentación

Este documento fundamenta la necesidad de la creación de los NAP (Núcleos de Aprendizaje Prioritarios) de Informática, con sus saberes considerados imprescindibles para la formación escolar actual.

Crear los NAP de Informática sería un acto fundacional para comenzar a atender las desigualdades que existen en el sistema educativo, donde sólo aprenden informática los estudiantes que cursan los bachilleratos con dicha orientación o las pocas escuelas técnicas existentes con título de Técnico en Computación.

Respecto al nivel secundario en general, excepto el modelo aplicado en la CABA y en las provincias de Buenos Aires, Santa Cruz y Neuquén, donde se han creado los espacios curriculares para la Informática con distintos nombres, el resto de las jurisdicciones tienen propuestas insuficientes para cubrir la enseñanza de los contenidos de la materia. Es aún más grave la segregación que implica que sólo puedan hacerlo quienes poseen los medios económicos y concurren a algunas escuelas privadas, donde la materia figura como extraprogramática.

Similar es la situación del nivel primario, donde no existe en la educación de gestión estatal y con las mismas características nombradas se dicta en algunas escuelas de gestión privada.

Algunas propuestas de organizaciones nacionales e internacionales tenidas en cuenta

Para comenzar, mencionamos a la Fundación Sadosky (2013), quien en su documento “CC-2016. Una propuesta para refundar la enseñanza de la computación en las escuelas Argentinas”[1], señala la falta de reconocimiento de la Informática frente a otras disciplinas, al afirmar que en general se simplifica al uso de TIC en el aula. A propósito, sostiene que

Si bien son importantes las competencias mínimas para manipular herramientas y tecnologías informáticas simples, es conveniente promover un entendimiento real de lo que estas herramientas representan. Con esto no queremos decir que la formación de competencias sobre las herramientas que proveen las TIC no es fundamental, pero sólo representan habilidades básicas como lo son saber leer y escribir, por lo que no suponen ningún entendimiento crítico de lo que estas herramientas proveen, ni tampoco cómo funcionan y cuáles son sus límites y características. Así como aprender a leer y escribir no significa saber comprender textos, no debería confundirse el estudio de TIC con lo que un estudio de la computación ofrece. (p.20)

La Fundación Sadosky, además, alienta su enseñanza a partir del nivel primario “(...) para poder arrancar en el secundario cómodamente con temas más interesantes y de mayor profundidad y complejidad.” (p.19). Esto también redundará en que los estudiantes cuenten con las bases conceptuales en computación y se sientan motivados a elegir carreras relacionadas. Agrega que “La preparación incluye la construcción de conocimientos y habilidades, mientras que la inspiración involucra experiencias significativas que permiten a los estudiantes enfrentarse con problemas de la disciplina.” (p.24).

Para continuar, coincidimos con el equipo de Program.AR[2] cuando dice que:

El debate que proponemos se encuentra en apogeo en distintos países del mundo. Podríamos reseñar experiencias interesantes, también podríamos detallar buenas y malas prácticas llevadas adelante en tierras lejanas. Sin embargo, aún no existe un modelo probado y considerado unánimemente exitoso, esto puede deberse a que las Ciencias de la Computación y su didáctica son disciplinas jóvenes, terrenos en plena construcción. Asimismo, aún cuando existiera un modelo exitoso, el consenso acerca de la inconveniencia de importar un diseño curricular o una experiencia extranjera de manera acrítica ya es absoluto. El desafío implica pensar y diseñar estrategias que partan de nuestras particularidades como nación soberana. (Cuaderno para el docente “Actividades para aprender a Program.AR, Segundo Ciclo de la Educación Primaria y Primero de la Secundaria”[3], p.6)

Cabe señalar que en otros países también se avanza en la dirección de otorgarle a la disciplina Informática el lugar que se ha ganado, estando a la misma altura que el resto de las ciencias. Por ejemplo, en Estados Unidos, el “Marco de las Ciencias de la Computación K–12[4] establece un conjunto de estándares para integrar la enseñanza de las Ciencias de la Computación en la currícula escolar. Y allí expresa lo siguiente:

Dado que las ciencias de la computación se han convertido en una parte integral de nuestro mundo, la demanda pública de educación en ciencias de la computación es alta. La mayoría de los padres desean que la escuela de sus hijos ofrezca las ciencias de la computación (Google y Gallup, 2015), y la mayoría de los estadounidenses creen que las ciencias de la computación son tan importantes como la lectura, la escritura y las matemáticas (Horizon Media, 2015). Muchos de los estudiantes de hoy usarán las ciencias de la computación en sus carreras futuras, no solo en campos de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) sino también en campos que no son STEM (Change the Equation, 2015). (p1)

En el citado documento, la CSTA (Computer Science Teachers Association) fundamenta que:

La alfabetización proporciona un contexto relevante para comprender la necesidad de la educación en ciencias de la computación. Desde una edad temprana, a los estudiantes se les enseña a leer para que puedan influir en lo que se ha escrito, pero también a escribir para que puedan expresar ideas e influir en otros. Aunque la computación es un medio poderoso como la alfabetización, a la mayoría de los estudiantes solo se les enseña cómo usar (es decir, leer) los trabajos de computación que se les proporcionan, en lugar de crear (es decir, escribir) trabajos para ellos mismos. Juntos, los "autores" que han trabajado en el medio de las ciencias de la computación durante las últimas décadas han transformado nuestra sociedad. Aprender las ciencias de la computación permite a los estudiantes convertirse en autores y crear sus propios poemas e historias en forma de programas y software. En lugar de ser consumidores pasivos de las tecnologías informáticas, pueden convertirse en productores y creadores activos. En nuestra era digital, puede “programar o ser programado” (Rushkoff, 2011, p. 1). (p10)

En el mismo sentido, La Sociedad Científica Informática de España (SCIE) y la Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Informática (CODDII) (2018) elaboraron un informe sobre la enseñanza preuniversitaria de la informática. Pusieron de manifiesto su intención de incluir esta materia en el sistema educativo español, con carácter obligatorio desde Educación Primaria hasta Bachillerato, “(...) conscientes de la importancia creciente para las nuevas generaciones de una formación universal en conocimientos básicos de informática (...)” (p.1) A lo largo del informe, ambas organizaciones

(...) propugnan una educación en informática universal y de calidad. En este informe, ambas entidades hacen una recomendación para la educación en informática del alumnado de las etapas educativas de Educación Primaria y Secundaria. La recomendación se basa en los conocimientos adquiridos internacionalmente tras décadas de investigación sobre enseñanza universitaria de la informática, en las recomendaciones de asociaciones internacionales de informática y en las acciones llevadas a cabo en otros países. El objetivo es proporcionar una opinión razonada del mundo académico español en informática que pueda ser útil a políticos, educadores, medios de comunicación y la sociedad en general. (p.4)

Por último, Mara Borchardt e Inés Roggi (2017), en “Ciencias de la Computación en los Sistemas Educativos de América Latina”[5], sostienen que:

Las CC reúnen los principios básicos y fundantes de esta nueva alfabetización que los estudiantes, desde el nivel inicial hasta el nivel secundario, requieren para poder entender, por ejemplo, los principios algorítmicos sobre los que funciona el buscador que utilizan cotidianamente para relevar información o para decidir qué datos publican voluntariamente en las redes sociales en que participan y con quiénes están dispuestos a compartirlos. Comprender el modo de funcionamiento técnico de lo digital resulta clave para situarse en el mundo de manera crítica y, sobre todo, para aspirar a participar como ciudadanos plenos de su construcción. (p.12)



[1] Fundación Sadosky (2013). CC-2016. Una propuesta para refundar la enseñanza de la computación en las escuelas Argentinas. Disponible en: http://www.fundacionsadosky.org.ar/wp-content/uploads/2014/06/cc-2016.pdf

[2] Program.ar: es una iniciativa que trabaja para que el aprendizaje significativo de Computación esté presente en todas las escuelas argentinas.

[3] Factorovich, P. (2015). Actividades para aprender a Program.AR : segundo ciclo de la educación primaria y primero de la secundaria. 1ra. ed. Fundación Sadosky. Disponible en: http://program.ar/descargas/manual-docente-descarga-web-v_oct_2015.pdf

[4] K – 12 Marco de las Ciencias de la Computación. (2016). Recuperado de http://www.kodea.org/k-12-computer-science-framework-disponible-en-espanol

[5] Borchardt, M. y Roggi, I. (2017). Ciencias de la Computación en los Sistemas Educativos de América Latina. Disponible en: http://www.tic.siteal.iipe.unesco.org/sites/default/files/stic_publicacion_files/tic_cuaderno_ciencias_computacion.pdf