El 20 de junio de 1820 muere en Buenos Aires Manuel Belgrano, creador de nuestra bandera nacional. En su memoria se establece el Día de la Bandera. La fecha fue decretada por ley 12.361 del 8 de junio de 1938, con aprobación del Congreso, por el entonces presidente de la Nación Argentina, Roberto M. Ortiz.
Manuel Belgrano fundó escuelas y avanzó en la construcción de una educación pública e inclusiva, necesaria para esa patria libre y soberana que se estaba fundando. Y para Belgrano, las mujeres, los niños, los pobres y los indígenas formaban parte de esa patria naciente.
El prócer promovía un rol diferente y activo para las mujeres, distinto al que le reservaba la sociedad de entonces. Reconocía la importancia de la educación de las mujeres y su aporte a la organización nacional. Al mismo tiempo, fue un acérrimo defensor de los derechos de los pueblos originarios. Sus ideas, revolucionarias y de avanzada para la época, ponían el foco en cuestiones que la mayoría ignoraba, y que tanto tienen que ver con la agenda de hoy.
En un territorio donde todo estaba por construirse, las ideas de Manuel Belgrano no descansaban nunca: soberanía, educación, Estado, relaciones exteriores, economía, derecho, pueblos originarios, recursos naturales, religión, Independencia. A cada idea dedicó palabras, escritos, acciones, disputas.
A más de doscientos años de la muerte de Manuel Belgrano, evocar la vida del reconocido prócer es también traer al tiempo presente el esfuerzo colectivo de sus soldados y de las mujeres, partícipes invisibilizadas de la época que, entre otras tantas actividades, cosieron la bandera que hoy nos identifica como nación.
Abogado, político y militar de nuestra patria ha sido uno de los principales dirigentes del proceso histórico que comenzó en 1810.
María Catalina Echevarría nació en Rosario, el 1º de abril de 1782. Era hija de inmigrantes vascos y la hermana de un amigo de Belgrano. Esta relación de cercanía produjo, durante una estadía del prócer en la casa de María Catalina, que le encomendara la tarea que luego la haría protagonista de nuestra historia nacional. Ella compró telas, unió los retazos celeste y blanco y agregó hilos dorados a la terminación: una tarea artesanal que demandó al menos cinco días y para la que necesitó asistencia de dos vecinas. No sólo confeccionó la primera bandera argentina, sino que asistió también a la ceremonia de jura, a orillas del Paraná y frente a las baterías de artillería Independencia y Libertad, acontecimiento muy poco frecuente para la época ya que las mujeres no participaban de esta clase de actos.
Se evoca el nombre de María Catalina Echevarría para referirse a quien consiguió representar en tela nuestra bandera nacional provocando un hecho novedoso que, a su vez, contribuyó en consagrar al Belgrano que sería recordado por generaciones de argentinos y de argentinas. Sin embargo, durante doscientos años en los homenajes nunca se la tuvo en cuenta. Una placa colocada en el pasaje Juramento, a metros del Monumento Nacional a la Bandera, se convirtió en el primer recuerdo formal que se le tributa a María Catalina en su Rosario natal.
Si bien en esa época el lugar de las mujeres no formaba parte de la escena pública, hoy podemos revisar estas historias desde nuestro presente y ponernos las “lentes del género” para observar los modos en que ellas también fueron partícipes de la construcción de nuestra Patria. Y observar, también, la participación que tuvo aquella lectora del Correo de Comercio con sus advertencias acerca de la necesidad de atender a la educación de mujeres sin recursos.
La tradición dice que Catalina tomó del establecimiento de Pedro Tuella las telas, una azul celeste, la otra blanca y cosió esos dos paños que conformaron la primera bandera que identifica a la patria naciente.
El 9 de julio de 1816, las Provincias Unidas del Río de la Plata declararon su Independencia de la corona española, poniéndole fin a siglos de yugo y opresión, y sembrando el terreno para la formación del Estado Nacional. Durante muchas décadas, la historiografía ocultó o minimizó el rol que tuvieron muchísimas mujeres en aquella gesta: muchas fueron guerreras, algunas valientes espías y otras tantas incansables enfermeras. ¿Quiénes fueron aquellas mujeres de la gesta independentista? Compartimos su historia en los siguientes enlaces.