¿Y quién no ha vivido, vive, o vivirá un desamor?

Una historia sentimental que, tal vez, el etéreo protagonista pretende ocultar, sin éxito, en las rinconeras del olvido y los años idos.

Sentimientos huérfanos, producto de un sinnúmero de batallas amorosas, podría decirse, ¡todas perdidas!

El lector, quizá, encontrará en algunas de estas frases sentidas, recuerdos idos, que no se van, o que no quiere dejar partir. Pero, que tampoco los puede, o debe, dejar salir.

En cada frase ululan sentimientos, amores, ideales, fantasías, alegrías y tristezas cosechadas durante la vida de un hombre solitario, enamorado, incomprendido, a quien el autor le desnuda con letras su alma, sus pasiones, sus frutos y desaciertos afectivos.

Este es un canto al amor ingrato, una despedida a la juventud y un saludo, una bienvenida lánguida a la inexorable, temprana y temida llegada de la senectud. Sueños inconclusos de quien marcha hacia el ocaso, resistiéndose al desamor que caracterizó su vida.

He aquí una introspección de un hombre adulto, vertida, expresada con narrativa romántica.