La novela estadounidense: la “Generación perdida”.

Luego sintió pena por el gran pez que no tenía nada que comer, y su decisión de matarlo no se aflojó por eso un instante. “Podría alimentar a mucha gente —pensó—. Pero, ¿serán dignos de comerlo? No, desde luego que no. No hay persona digna de comérselo, a juzgar por su comportamiento y su gran dignidad”.

“No comprendo estas cosas —pensó—. Pero es bueno que no tengamos que tratar de matar al sol o a la luna o a las estrellas. Basta con vivir del mar y matar a nuestros verdaderos hermanos”..

Fragmento "El viejo y el mar" de Ernest Hemingway.