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(8)TEXTOS ALEJANDRO THORNTON

TEXTOS

PROLOGO DE GLORIA BORDONS PARA "PROBLEMAS GRAFICOS"

1era. EDICION / ED. EDITA-T / VIGO-ESPAÑA / 2008 ( WEBSITE EDITORIAL EDITA-T.COM )

Alejandro Thornton es un joven artista argentino que practica distintas disciplinas (dibujo, pintura, poesía visual, intervenciones, etc.). Como sucede habitualmente, su dedicación a la pintura ha tenido más repercusión que sus propuestas de poesía visual. Quizás esto se deba al carácter fronterizo de este registro, lo cual lo convierte en una disciplina inclasificable.

Según ha confesado el mismo Thornton, llegó a la poesía visual a partir del Arte Correo, que conoció en 1997-1998. En Argentina este tipo de arte ha tenido una gran repercusión, gracias a las experiencias realizadas por Edgardo Antonio Vigo y Liliana Porter desde 1969. Su carácter subversivo y su inmediatez lo convirtieron en una herramienta ideal en el período de la dictadura militar argentina. Su herencia fue recogida y divulgada por el grupo Vórtice, que desde 1996 está generando una gran actividad alrededor de esta disciplina y de la poesía experimental en general.

El Arte Correo usa muchísimas técnicas, entre las cuales la poesía visual. Según manifiesta Belén Gache[1], este tipo de poesías, por el hecho de estar formadas en muchas ocasiones por palabras inconexas y especializadas, se convertían en eficientes mensajes encubiertos.

Pero la poesía visual va mucho más allá. En múltiples obras como las de Miró, Magritte o Broodthaers podemos constatar cómo el arte se ha acercado a la poesía, y como la poesía ha servido para dinamizar prácticas artísticas en un diálogo constante. Pero desde la poesía futurista, la dadaísta y, más posteriormente, la concreta o la visual, ni la crítica literaria ni la de arte han acabado de tener en cuenta y considerar dignamente este tipo de poesía que no se ofrece en el contexto usual, el del libro.

En una respuesta a una pequeña entrevista[2], Alejandro Thornton confesaba que su dedicación a este tipo de poesía nace de su interés por la imagen de las letras y, en especial, en la manera como las letras, gracias a las distintas tipografías, pueden expresar una multiplicidad de cosas, mucho más allá de la textualidad.

Efectivamente, dentro de las distintas técnicas usadas por la poesía visual, el poeta argentino escoge especialmente la del juego con las letras, combinándolo con los dibujos y el uso de unos determinados símbolos. Esto le sitúa en la línea de la tradición de Joan Brossa, hasta el punto de homenajear explícitamente al poeta catalán en el poema “Asombrossa”, en que una gran A (la letra más utilizada por Brossa) enmarca un oso (osa) potenciado por su sombra. Un simple juego de palabras, a través de cuyo humor y uso de una determinada tipografía rinde homenaje al maestro. Otros poemas parten del mismo tipo de juegos con las letras, como “El bostezo”, ejemplificado por una gran “Oh”, que ve multiplicadas sus haches; “Enie”, una “n” con una nube encima, con lo cual se asimila a una “ñ”, sin serlo; o “Silencio”, con una “H”, a partir de la cual se proyectan múltiples eses. En todos estos casos (y muchos más), la tipografía (tipo de letra, tamaño, disposición, etc.) es una parte fundamental de lo que se quiere expresar. La veneración por esta disciplina por parte de Thornton se pone de manifiesto en “Fetiche tipográfico”, donde la deformación de un ocho conduce a la visión de otras posibles imágenes escondidas. Con gran parte de estos poemas, podríamos formar una auténtica “Poesía tipográfica”[3], como Jaume Maymó tituló una antología de poemas visuales de Joan Brossa, centrados en las letras y en los números. No en vano, el título de este poemario que presentamos es “problemas/poemas gráficos”, adaptando el título de un poema de Nicanor Parra: “Poema/problema” (El poema dice lo siguiente: “ciento 4 civiles en un cajón / cuántas orejas y patas son”) y destacando el aspecto gráfico / tipográfico del juego. Cabe destacar ahí esa intención de presentar la imagen letrista como un enigma a resolver por parte del receptor.

Esta apelación al espectador para que solucione el problema presentado, sitúa a Thornton en una dimensión que va más allá del puro ludismo. Muchas de sus propuestas tienen un carácter de denuncia social y política, como “War is suicide” o “La unidad latinoamericana a los ojos del mundo / El juego del ahorcado”. Este carácter no excluye la belleza, ya que a través de símbolos y dibujos puede conseguir efectos de gran plasticidad, como en el sorprendente “No Money to be happy” o en “Bosque”. En los poemas de este tipo abunda el uso de símbolos como pueden ser el de ciertas monedas (el dólar, el yen, el peso, etc.), u otro tipo de emblemas o iconos contemporáneos, que, aislados de su contexto, pueden llegar a convertirse en un arma y al mismo tiempo un enigma (como el código de barras usado en “Bosque” o la triple “X” de “Dirty Chat”). El humor y la ironía se unen aquí con una gran dosis de crítica, confirmando la subversión que puede tener la poesía visual.

En algunos de estos poemas hallamos también el uso de figuras humanas, todas ellas iguales, como exponentes de la persona anónima, unificada por una sociedad que nos quiere a todos clonados. La reflexión alrededor de las diferencias, la esencia humana o la convivencia parece ser uno de los temas por los cuales el artista argentino siente predilección. “Convivencia”, “El menos pensado” o “No a la pena de muerte” son buenos ejemplos de poemas visuales, efectivos tanto desde el punto del mensaje emitido como desde el resultado plástico. En otras ocasiones, Thornton combina la tipografía con el collage, como sucede en “Pinochet Killer”. El uso de esta técnica nos lleva a una estética mucho más abierta, en la cual ya no existen las fronteras textuales y lingüísticas y que otorga claramente a la poesía visual el carácter de obra abierta que le corresponde.[4]

Esto último nos muestra la formación artística de la que procede Thornton y nos lleva a una de sus opiniones: “En general, las ideas que voy desarrollando parten de estar sentado con un lápiz en la mano y una pila de papeles, es decir, del dibujo como forma de pensamiento no verbal. Todos mis trabajos comienzan a gestarse de esta manera, para luego ir desarrollándose, puliéndose y buscando la resolución técnica (tanto el soporte como los materiales) que mejor funcione con la idea a desarrollar”[5]. Su pensamiento “visual”, unido a la militancia dentro del Arte Correo y su pasión por Joan Brossa, dan como resultado un libro que une plástica y poesía para comunicarnos una determinada reflexión sobre el mundo globalizado que nos ha tocado vivir.

Glòria Bordons

El Papiol, Barcelona, noviembre 2007

NOTAS

[1] GACHE, Belén, “Arte correo: el correo como medio táctico”, en El Arte Correo en Argentina. Buenos Aires: Vórtice Argentina Ediciones, 2005, p. 17.

[2] Incluida en www.viulapoesia.com.

[3] BROSSA, Joan. Poesia tipogràfica (a cura de Jaume Maymó). Barcelona: Ajuntament de Barcelona y Fundació Joan Brossa, 2004.

[4] Recientemente O. Quintyn, en su obra Dispositifs / Dislocations (París: Al Dante-Transbordeurs, col. Questions Théoriques / Forbidden Beach, 2007) define al collage como una “técnica o estrategia compositiva resultante de la copresencia crítica de formas, simultaneidades y presentaciones” p. 19.

[5] Entrevista realizada por Carolina Lara y publicada en Arte al límite, mayo 2007.

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