La mayor potencia de las laptops para gaming o para juegos se ha hecho notar en los últimos años, y muchos usuarios prefieren optar por una laptop como equipo principal. La comodidad de poder llevarlo de un lado para otro es una ventaja a la hora de no gastar más de la cuenta en una laptop que van a necesitar de todas formas, además de en un equipo de Pc de escritorio.
Aquellos que tengan menos conocimiento en los componentes que conforman un portátil para juegos pueden encontrar dificultad a la hora de estimar por sí mismos qué equipo es más o menos potente. También los que lleven cierto tiempo desconectados pueden tener problemas a la hora de elegir. Por eso a continuación se hace un repaso por los distintos elementos de una laptop gaming para ayudar a elegir la laptop que mejor se ajuste a tus necesidades.
Para hablar de los componentes de una laptop para juegos voy a empezar por la tarjeta gráfica. Este elemento debe ir bien acompañado de un procesador acorde a su potencia, algo que mencionaré más detenidamente en el siguiente apartado.
Para los que quieran jugar a 1080p en calidad media en la mayoría de juegos tendrán suficiente con una GTX 1050. Es también el mínimo que habría que considerar para el propósito de un portátil para gaming/jugar, y conseguir una fluidez mínima y detalles de imagen. A partir de una GTX 1650 ya es una buena tarjeta gráfica para jugar a 1080p y calidad alta/ultra según el juego, y la GTX 1660 Ti es ya una fuera de serie para 1080p.
El procesador principal de una laptop debe acompañar a la tarjeta gráfica elegida. Un procesador como el Core i5-9300H es suficiente para mover una GTX 1650 hacia abajo, y para una GTX 1660 Ti sería más recomendable un Core i7-9750H. Procesadores como el Core i7-9850H son convenientes para gráficas como la RTX 2070 o 2080 si se tiene una pantalla de 120 o 144 Hz en el portátil. Para jugar a 4K con gráficas de gama alta será suficiente un Core i7-9750H.
La RAM es uno de los pocos elementos que se pueden actualizar en un portátil para juegos, y suele ser de fácil acceso, normalmente retirando algunos tornillos y una tapa. 8 GB es una cantidad suficiente para sacar buen rendimiento a tarjeta gráficas de tipo GTX 1050 Ti hacia abajo, aunque hay algunos juegos que precisarán de 12 o 16 GB de RAM para funcionar adecuadamente.
La memoria de una laptop utilizada es en formato SO-DIMM, más compacta que la DIMM de los PC de sobremesa. Los equipos para jugar tienen como mucho dos bancos de memoria para tener un total de hasta 32 GB. Algunos equipos más baratos podrían llegar con solo un banco de memoria, por lo que es un punto a mirar antes de comprar, sobre todo si viene ocupado por un módulo de 8 GB y se quieren tener 16 GB, ya que se perderá
Las pantallas de los portátiles gaming suelen centrarse en la tecnología TN en los más baratos. Proporciona buenos tiempos de respuesta, aunque la calidad de color no suele ser tan buena como los paneles IPS, que se suelen usar en portátiles que superan los 800 o 900 euros. Generalmente usan paneles de 60 Hz, aunque hay una cantidad creciente de pantallas con refrescos de 120 Hz e incluso de 144 Hz. Permiten ver los juegos mucho más fluidos y permitirá mejor respuesta del jugón ante los cambios del entorno, aunque esta mejora será más evidente para unas personas que para otras.
Para estas pantallas es recomendable una tarjeta gráfica medianamente potente, como una GTX 1650 o una GTX 1660 Ti, y llegar a esas tasas de fotogramas en un mayor número de juegos. Aun así, en los juegos de esports o deportes electrónicos —Overwatch, League of Legends, etc.— no será raro llegar a los 120 Hz en tarjetas como la GTX 1650 si se ajustan adecuadamente los ajustes gráficos.
En estos casos suele ser recomendable que la pantalla tenga refresco adaptativo G-SYNC de Nvidia. Es tecnología propietaria e implica un sobrecoste en el portátil, por lo que suele restringirse a los portátiles más caros. Estas pantallas de 120 Hz ya suelen ser de tipo VA con buena calidad de color, o TN para ahorrar costes.
Los paneles de tipo 4K UHD (3840 × 2160 píxeles) suelen ser de tipo IPS y tener una gran calidad de imagen. Sin embargo, puede costar adaptarse un poco a ello, ya que muchos disponen de una latencia de entrada superior a la media, y por tanto ciertos usuarios podrían notar que las imágenes van a saltos. Generalmente eso se pasa una vez te acostumbras a la calidad de la pantalla.
Mi opinión sobre las pantallas 4K en un portátil para juegos es que es poco práctica, ya que requerirá de una tarjeta gráfica más potente, y no te asegura jugar fluidamente. Salvo, claro está, que incluyas una tarjeta gráfica del tipo GTX 1080 o bajes bastante la calidad gráfica. Una pantalla 4K UHD de 17.3 pulgadas arroja una densidad de píxeles en torno a los 280 PPP, que se verá nítida incluso a 10 o 20 centímetros de distancia. Puesto que se juega a una distancia de medio metro o más de la pantalla del portátil, tanta nitidez es innecesaria.
El tema de las temperaturas y ruido suele preocupar bastante a cierto sector de los gamers debido a que un portátil sustituye a su equipo de sobremesa tanto dentro como fuera de casa. Por eso quieren un equipo que sea sobre todo silencioso, aunque en el terreno de los portátiles gaming eso es una utopía, salvo que se vaya a las tarjetas gráficas más baratas como una MX 150 o en algunos casos una GTX 1050 en equipos con un buen sistema de refrigeración.
Los equipos más potentes, con una GTX 1660 Ti / RTX 2060, RTX 2070 o RTX 2080, incluyen sistemas de refrigeración avanzados de doble ventilador, y un sistema de caloductos mejorado. Como cualquier sistema electrónico, cuanto más consume un portátil, más calor va a desprender. Eso lleva a mayores requisitos de refrigeración, y por tanto a más ruido. Los portátiles gruesos para juegos suelen ser a su vez bastante ruidosos, y por tanto difícil de no percatarse del ruido que hacen salvo que se lleven cascos.
Nvidia tiene una línea de tarjetas gráficas denominada Max-Q para las GTX 1650 en adelante, que aportan una potencia menor a cambio de una mucho más sustancial reducción de consumo. Los que quieran un equipo gamer lo más silencioso posible, harían bien en buscar uno con una gráfica Max-Q. Algunos portátiles permitirán configurar los ventiladores para que CPU y GPU funcionen a mayor temperatura y hagan menos ruido, y otros incluso tendrán un modo de refrigeración instantánea que permitirá poner los ventiladores al cien por cien brevemente para bajar la temperatura del equipo.
La salida de aire suele ser por detrás del portátil, tomando aire fresco de la parte inferior o laterales. Es buena idea elevar la parte trasera del portátil de alguna forma para que le llegue mejor el aire fresco a los ventiladores, y también para evitar que el calor llegue a la mesa donde se ponga, concentrando más calor en torno al equipo, y reduciendo la eficacia de la refrigeración.
Los equipos con un procesador Core i7-9880HK, que está desbloqueado para overclocking, cuentan con mejores sistemas de refrigeración, y tienen en cuenta que también se pueden subir las tarjetas gráficas de Nvidia para portátiles. El punto negativo es que esos equipos, con overclocking incluido, pueden rozar los 50 dB de ruido, lo que será casi inmanejable para los oídos de una persona normal.
Otra fuente de ruidos puede ser la de un disco duro de 7200 RPM, sobre todo cuando se activan los cabezales lectoras, y hacer que salgan ruidos extraños del interior del portátil. Si se quiere no tener este problema, la solución solo pasa por usar SSD o cambiar el disco duro a uno más silencioso.
En un equipo para juegos es casi imprescindible que venga acompañado de un SSD de al menos de 128 GB para que el sistema operativo vaya perfectamente fluido. Instalar el sistema operativo y los juegos en un mismo disco duro puede hacer —y hará— que se ralentice el equipo en general, y se notará sobre todo en la carga de mapas, aunque esto tiene que ver con la baja velocidad de lectura de archivos pequeños de los discos duros frente a los SSD.
La diferencia entre un SSD de tipo SATA3 y otro de tipo PCIe 3.0 x4 NVMe es muy notable en términos de lectura/escritura tanto secuencial como aleatoria, pero en un equipo gaming normal no se va a notar la diferencia. Lo recomendable, por tema de cómo funciona los SSD, es uno de al menos 250 GB, y no hay mayor problema en optar por un SSD SATA3 económico. Los PCIe pueden venir bien para cargar más rápido aún los mapas de los juegos, pero la diferencia no es perceptible en la mayoría de títulos.
Los portátiles actuales para juegos dispondrán de al menos una o dos ranuras para SSD de tipo M.2, que son como tarjeta de un tamaño generalmente de 22 x 80 mm. También tendrán una o dos bahías de unidad de 2.5 pulgadas, de fácil acceso, al menos una ocupada por un disco duro, que pueden sustituirse normalmente por un SSD de 2.5 pulgadas tipo SATA3. Si tiene lector óptico de discos, se venden para algunos modelos de portátiles un adaptador que permite instalar una unidad de 2.5 pulgadas adicional.
Cambiar el almacenamiento de un portátil suele ser bastante sencillo, y su diseño tiene en cuenta que el usuario va a querer ampliar el almacenamiento en algún momento. Sale más rentable comprar un equipo con solo un disco duro y posteriormente adquirir por separado un SSD, aunque la mayoría de usuarios normales de un portátil preferirán que se lo den con todo lo que necesitan y no tocar para nada su interior.
Las compañías de portátiles y periféricos tienden a unir el concepto de gaming con las luces de colores. En el caso de los portátiles para jugones, la cosa no es distinta, y es normal encontrar algún tipo de iluminación en ellos, y generalmente centrada en el teclado.
Los portátiles incluyen teclados con interruptores de tipo membrana, y solo los más caros y de manera muy puntual incluye interruptores mecánicos de algún tipo. Estos teclaso de membrana suelen ser adecuados para jugar, aunque no darán una sensación especialmente diferenciadora y muchos querrán comprar un teclado por separado para jugar con el portátil mientras estén en casa. Unos tendrán teclas con un viaje más corto, y otros algo más largo.
La inclusión de iluminación en los teclados es de dos tipos: con iluminación estática de un color, o iluminación RGB. Esta última a su vez puede ser con iluminación por zonas configurables independientemente, o con iluminación por tecla individualmente, lo que permite una mayor variedad de personalización. En muchos casos, se incluyen perfiles de iluminación RGB específicos para juegos, en los que por ejemplo se iluminarán solo las teclas usadas en el juego.
En el apartado de los ratones, es casi imposible jugar a la mayoría de títulos con el panel táctil incluido en los portátiles, y por tanto será necesario tener a mano un ratón distintos. En este caso hay mucha variedad de modelos para elegir si se quiere un ratón gaming para acompañar.
Los portátiles para juegos tienen tendencia a ser ruidosos, y por tanto es ideal disponer de unos auriculares a mano. Y si no es para evitar el ruido del portátil, se precisará de unos buenos cascos para comunicarse en la miríada de juegos en línea que hay actualmente.
Las mejoras de calidad de sonido de los portátiles se centra en códecs y sistemas de amplificación mejorados, sonido de alta resolución, etc. Son mejoras que si no se dispone de unos buenos auriculares pasarán desapercibidas.
Fuente y las mejores laptops para video juegos:
https://computerhoy.com/listas/gaming/mejores-portatiles-gaming-rog-rango-precio-362045