El medio ambiente es uno de los determinantes de la salud más importantes. Cerca de una cuarta parte de la mortalidad y de las enfermedades a nivel global depende de factores ambientales, si bien repartido de manera muy desigual.

La calidad del aire que respiramos, del agua que bebemos, la gestión de los residuos que producimos, las sustancias químicas que ingerimos, la forma en que nos movemos, las fuentes energéticas que utilizamos o los crecientes impactos de la crisis climática sobre la salud, por ejemplo, con el incremento de fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor, son determinantes ambientales de la salud de los individuos y de las comunidades.

Así, la crisis climática es una crisis de salud pública. El cambio climático amplifica y redistribuye muchas enfermedades y puede revertir muchos de los avances en salud pública de los últimos cincuenta años.

Recuperamos para encuadrar la Jornada, las palabras que se pronunciaron en el año 1977 en la Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental organizada por la UNESCO en cooperación con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y celebrada en la ciudad de Tbilisi. Ahí, hace casi medio siglo, se sentaron las bases de la educación ambiental: la educación ambiental debe ser un proceso de toda la vida, interdisciplinario y holístico, en su naturaleza y aplicación.

“La educación ambiental debería constituir una educación permanente general que reaccionara a los cambios que se producen en un mundo en rápida evolución. Esa educación debería preparar al individuo mediante la comprensión de los principales problemas del mundo contemporáneo, proporcionándole conocimientos técnicos y las cualidades necesarias para desempeñar una función productiva con miras a mejorar la vida y proteger el medio ambiente, prestando la debida atención a los valores éticos. Al adoptar un enfoque global, enraizado en una amplia base interdisciplinaria, la educación ambiental crea de nuevo una perspectiva general dentro de la cual se reconoce la existencia de una profunda interdependencia entre el medio natural y el medio artificial. Esa educación contribuye a poner de manifiesto la continuidad permanente que vincula los actos del presente a las consecuencias del futuro; demuestra además la interdependencia entre las comunidades nacionales y la necesaria solidaridad entre todo el género humano. La educación ambiental ha de orientarse hacia la comunidad. Debería interesar al individuo en un proceso activo para resolver los problemas en el contexto de realidades específicas y debería fomentar la iniciativa, el sentido de la responsabilidad y el empeño de edificar un mañana mejor. Por su propia naturaleza, la educación ambiental puede contribuir poderosamente a renovar el proceso educativo”. 

En la actualidad, la propia UNESCO habla de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), la respuesta del sector educativo de la UNESCO a los desafíos urgentes y dramáticos a los que el planeta está confrontado. Las actividades colectivas de los seres humanos han modificado los ecosistemas de la Tierra de tal manera que nuestra propia supervivencia parece estar en peligro debido a los cambios que, cada día, resultan más difíciles de revertir. Para detener el calentamiento global antes de que alcance niveles catastróficos es necesario abordar los problemas ambientales, sociales y económicos de manera holística. La EDS para la Agenda 2030 de Educación de la UNESCO tiene como objetivo lograr la transformación personal y social necesaria para cambiar de rumbo.

Todo ello se concreta en la necesidad de transformación de los entornos educativos y cita: “Para alentar al estudiantado a convertirse en agentes de cambio que tengan los conocimientos, los medios, la voluntad y el coraje para adoptar medidas transformadoras en pro del desarrollo sostenible, las instituciones de enseñanza deben transformarse a sí mismas. Es necesario que la institución en su conjunto se ajuste a los principios del desarrollo sostenible, de modo que el contenido del aprendizaje y sus pedagogías se vean reforzados por la forma en que se gestionan las instalaciones y se adoptan las decisiones a nivel interno. Este enfoque institucional integral de la EDS exige entornos de aprendizaje en los que los educandos aprendan lo que viven y vivan lo que aprenden”.

Igualmente, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas. En el objetivo 13, Acción por el clima en todo el mundo pone el énfasis en la necesidad de incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales, así como mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.

La crisis climática es la forma más adecuada para referirse a la magnitud y a las consecuencias del cambio climático causado por la actividad humana y puede considerarse como uno de los problemas más acuciantes en este momento. Las gravísimas consecuencias que está teniendo y los desequilibrios que está provocando en la naturaleza constituyen una alerta constante para los científicos desde hace años.

Por otra parte, cuando hablamos de medio ambiente y salud, estamos hablando en la mayoría de los casos de medio ambiente y enfermedad. Es decir, de los impactos negativos en la salud individual, comunitaria y pública por esos factores ambientales negativos, que efectivamente deben reducirse y prevenirse.

Pero pocas veces trabajamos, visibilizamos, comunicamos y educamos en los enormes cobeneficios para la salud que tiene la acción climática y la mejora ambiental en general. La acción climática es buena para tu salud y la de tu comunidad.

Detectar, potenciar y mejorar colectivamente los activos para la salud ambientales en nuestros entornos más cercanos, de pueblos, barrios y ciudades, también es un factor clave de promoción de la salud que puede mejorar la salud de las comunidades.

¿Qué papel pueden desempeñar la comunidad educativa ante los mensajes de la ciencia? ¿Cómo desempeñar la labor educativa en este contexto, para un presente o un mañana menos previsible? ¿Cómo educar o enseñar sin establecer relaciones con el contexto local o global en el que vivimos?

Además, sabemos que la comunicación desde el marco de salud de la acción climática puede ser más efectiva que otras estrategias, según diversas investigaciones- ¿Será así también con nuestro alumnado?

Por otra parte, existe también consenso entre las personas expertas en que los aspectos de salud y crisis climática deben integrarse en todos los currículos educativos de todos los niveles educativos.

Los nuevos currículos incorporan competencias ecosociales para abordar los retos ambientales que incluyen la crisis climática y darle ese enfoque de salud. Proyectos de centros y distintas redes pueden apoyarnos en el desarrollo de acciones educativas en este ámbito.

El papel de la escuela no pasa solo por explicar la crisis climática como un contenido más, ha de plantear sus relaciones con el incremento de injusticias sociales y el desarrollo de la capacidad crítica para reflexionar sobre qué puede hacerse ante ello: los límites ecológicos, la equidad, la cohesión social y la calidad de la democracia.

De esta manera, la educación para la salud y la educación ambiental para la sostenibilidad (para la UNESCO integrada como educación para el desarrollo sostenible) encuentran numerosos puntos de confluencia y sinergia.

Además, nuevos planes, como el PESMA, Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente, y el PAEAS, Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad, nos proporcionan marcos conceptuales, ideas y acciones para trabajar conjuntamente la educación ambiental y para la salud.

En estas XIV Jornadas de la Red Aragonesa de Escuelas Promotoras de Salud queremos acercar ambos mundos e impulsar que el medio ambiente, la crisis climática y la salud se integre en todas las políticas y en todos los ámbitos, también en la escuela.

     Dirigido a:

• Profesorado de los centros integrados en la Red Aragonesa de Escuelas Promotoras de Salud.

• Profesorado de otros centros educativos.

• Profesionales sanitarios de atención primaria y otros profesionales interesados en la promoción de la salud en la escuela.

• Familias del alumnado de los centros educativos

    Objetivos

• Reflexionar sobre aquellos factores ambientales afectan a nuestra salud individual y comunitaria

• Identificar nuevos enfoques, tendencias para educar para la acción climática en las escuelas promotoras, planteando nuevas propuestas.

• Facilitar el intercambio de experiencias/buenas prácticas de promoción de la salud medioambiental desarrolladas en Aragón.

    Organiza

    Departamento de Sanidad.

Departamento de Educación, Cultura y Deporte.

    Facultad de Educación. Universidad de Zaragoza.

     Lugar de celebración

     Facultad de Educación. C. de Pedro Cerbuna, 12, 50009 Zaragoza. Universidad de Zaragoza

     Fecha y horario

     Jueves, 9 de marzo de 2023, de 9.00 h a 14. 30h y de 15.30 h a 18.00 h.

     Información:

     Blog RAEPS: http://redescuelasaragon.blogspot.com/

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