Inseguridad Económica: Un Problema Más Allá de la Pobreza y la Desigualdad
Dmitry Petrov & Marina Romaguera-de-la-Cruz
20 de marzo de 2025
Dmitry Petrov & Marina Romaguera-de-la-Cruz
20 de marzo de 2025
Cita: Petrov, D., & Romaguera-de-la-Cruz, M. (2024). Measuring economic insecurity by combining income and wealth: an extended well-being approach. Review of Economics of the Household, 1-27.
La inseguridad económica es uno de los principales desafíos de las sociedades modernas, junto con la pobreza y la desigualdad. No solo afecta a quienes se encuentran en la parte más baja de la distribución del ingreso, sino también a los hogares de clase media e incluso a algunos segmentos de la población más acomodada. Vivir con la incertidumbre de no saber si se podrá mantener el nivel de vida en el futuro tiene consecuencias profundas, que van desde la reducción de la disposición a asumir riesgos (como invertir en educación o cambiar de empleo) hasta impactos en la salud mental y física. Además, la inseguridad económica puede influir en decisiones cruciales, como tener hijos o participar en la vida política. En resumen, es un fenómeno que afecta no solo el bienestar individual, sino también el funcionamiento de la economía.
¿Cómo Medimos la Inseguridad Económica?
Tradicionalmente, la renta ha sido la principal variable utilizada. Sin embargo, este enfoque tiene limitaciones, ya que no refleja bien la capacidad de las familias para afrontar futuras crisis económicas. La riqueza, por otro lado, puede servir como un colchón financiero, pero también puede ser una fuente de incertidumbre debido a las fluctuaciones en los precios de los activos. En un artículo reciente publicado en Review of Economics of the Household, proponemos una medida ampliada del bienestar que combina tanto la renta como la riqueza para capturar de manera más completa la exposición al riesgo económico.
¿Qué Hacemos en el Artículo?
Nuestro enfoque consiste en convertir la riqueza en un flujo de ingreso potencial y sumarlo a la renta actual de los hogares. Esto nos permite estimar los recursos económicos totales de los que una familia podría disponer para suavizar el consumo en caso de un shock negativo. A continuación, medimos la inseguridad económica como la probabilidad de experimentar una caída significativa en este bienestar ampliado (extended well-being, EW). Utilizamos datos del Panel Study of Income Dynamics (PSID) de Estados Unidos entre 1999 y 2019, lo que nos permite analizar cómo evolucionó la inseguridad económica antes, durante y después de la Gran Recesión.
Hallazgos Principales
La Figura 1 muestra un hallazgo clave: la inseguridad económica varía significativamente según el enfoque de medición utilizado. Cuando se considera solo la renta, la probabilidad promedio de experimentar una pérdida significativa es del 22%. Sin embargo, esta probabilidad aumenta al 33% cuando se combinan la renta y la riqueza, y sube al 43% cuando se analiza únicamente la riqueza. Esta discrepancia se debe a la mayor volatilidad de activos como bienes inmuebles y acciones en comparación con el ingreso laboral, que tiende a ser más estable.
Mecanismos Detrás de la Inseguridad Económica
¿Qué impulsa la inseguridad económica? Nuestro análisis sugiere que las caídas en el ingreso de los hogares y en el valor de los activos no líquidos (como bienes inmuebles y pensiones) son los principales factores que explican una mayor exposición al riesgo económico. Las familias más vulnerables—aquellas con una mayor probabilidad de experimentar caídas del bienestar—sufrieron descensos significativos en estos componentes, especialmente después de la Gran Recesión. En contraste, las familias menos vulnerables lograron mantener o incluso aumentar el valor de sus activos no líquidos, lo que les permitió diversificar el riesgo y reducir su exposición a la inseguridad económica.
Otro factor relevante es la deuda hipotecaria. Las familias financieramente más inseguras redujeron sus pagos hipotecarios después de la crisis, lo que podría interpretarse como una mejora en su situación financiera. Sin embargo, también podría reflejar dificultades para acceder a la vivienda en propiedad, lo que limita su capacidad de protegerse ante shocks económicos.
Implicaciones para las Políticas Públicas
La inseguridad económica es un fenómeno complejo que va más allá de los hogares más pobres. Nuestra medida ampliada de bienestar, que combina renta y riqueza, ofrece una manera mejor de reflejar la exposición al riesgo económico y proporciona información valiosa para diseñar políticas públicas más efectivas. Así, si los responsables políticos pueden anticipar los riesgos económicos futuros de los hogares, podrán diseñar intervenciones ex ante más específicas para prevenir la caída del bienestar de las familias. Esta estrategia representa una ventaja frente a las acciones ex post contra la desigualdad y la pobreza, que solo entran en juego cuando las pérdidas de bienestar ya se han materializado. Por ejemplo, las autoridades podrían analizar el impacto de un aumento en las tasas de interés sobre la inseguridad económica a través del incremento de los gastos hipotecarios y desarrollar mecanismos para mitigar esta fuente de estrés financiero. Medidas proactivas en este sentido ayudarían a reducir los efectos adversos de los shocks macroeconómicos sobre la estabilidad de los hogares y la resiliencia económica en general.