Desde que el 6 de abril de 1896 se inauguraran en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, el movimiento olímpico ha sido capaz de reinventarse y adaptarse a las transformaciones sociales que se han producido en el largo de sus 126 años de historia. Más allá de la dimensión deportiva, principal foco de atención mediático y popular, siendo el triunfo deportivo su estandarte, los JJOO constituyen un indicador de las realidades sociales actuales, convirtiéndose en agente y expositor de nuestro mundo.

El potencial educativo y sociológico que emana de los juegos olímpicos es una herramienta eficaz para entender el presente y preparar un futuro más próspero. Es precisamente con este propósito que la Cátedra de Deportes – Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Girona organiza, de forma bianual, el Seminario de Educación y Olimpismo.

En su cuarta edición, el seminario pretende la reflexión sobre la influencia del olimpismo actual en la educación y la sociedad. En el ámbito pedagógico, haremos una mirada retrospectiva en torno a la figura del Barón Pierre de Coubertin, el padre de los JJOO de la era moderna, y su propuesta innovadora: el deporte. Por otro lado, desde un punto de vista social, mostraremos el papel del olimpismo en el mundo contemporáneo, así como la configuración de su sistema como organización inclusiva a nivel global.

Los agentes protagonistas de los juegos son, a ojos de todos, los deportistas. Conocer las historias que esconden sus hazañas heroicas, nos permitirá adentrarnos, por unos instantes, en el Olimpo.

Finalmente, con motivo del 30 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona, ​​reviviremos algunos de los momentos mágicos de los mejores juegos de la historia moderna.

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Resumen

A comienzos del año 1997 el presidente norteamericano Bill Clinton pronunció el esperado discurso sobre el Estado de la Unión. En su alocución, hizo especial hincapié en la educación. Fue el tema central y estrella de la intervención presidencial.

"El niño o la niña deben saber leer a los seis años, a los doce tendrán que poder navegar por Internet, a los dieciocho estarán en condiciones técnicas de entrar en la universidad y sobre todo adquirirán la capacidad de querer aprender durante toda su vida", dijo el presidente norteamericano.

La frase parecía distinguir entre aprendizaje y educación, entre la adquisición de conocimientos y el interés permanente por adquirirlos, entre la superación de niveles institucionalizados y la formación.

El discurso no era novedoso, esa distinción es una vieja aspiración del sistema educativo que desde hace más de un siglo apunta hacia el alto objetivo de la educación para, casi indefectiblemente, caer en el proceso, más fácil, de las enseñanzas-aprendizajes matemáticamente evaluables.

Ciento ocho años antes, 1889, el ministro francés de educación, Armand Fallières, se hacía eco de la preocupación entre la sociedad, que culpaba a su sistema educativo del relativo retraimiento económico, respecto a Alemania o Inglaterra.

Fallières encargó al joven licenciado en ciencias políticas Pierre de Coubertin un estudio sobre el sistema educativo inglés y norteamericano, que permitiese abordar una renovación pedagógica en Francia.

Tres años después el barón de Coubertin presentaba su informe, recogido en dos publicaciones, La Educación en Inglaterra y las Universidades Trasatlánticas. En sus conclusiones había una propuesta revolucionaria: la solución era el deporte.

Para el gobierno francés de finales del XVIII, para Clinton un siglo después, al igual que hoy para muchos especialistas, es fundamental abordar la troncalidad de la educación, lo nuclear de la misma. Troncalidad y nuclearidad donde la predisposición a la adquisición permanente de nuevos conocimientos sea un objetivo esencial: nos adentramos en el mundo de la educación, aun abandonando ciertos aprendizajes.

El presidente Clinton hacía hincapié en la educación, porque éste es un problema norteamericano y mundial que no ha sido resuelto en los últimos cien años y seguramente sin fácil solución en los cien próximos. Pero hoy, como en el siglo XIX, somos muchos los que nos atrevemos a hacer una oferta nuevamente revolucionaria: el deporte.

Resumen

Pierre de Coubertin era un hombre de su tiempo, que entendió que el deporte debía jugar un papel en una sociedad moderna y sana. Uniendo imágenes clásicas con nuevos descubrimientos, impulsó el olimpismo pensando en ayudar a crear una sociedad más en forma, abierta, sana. Pero las ideas de su tiempo, especialmente en lo referente al papel de las mujeres, también condicionaron su agenda. El ideario de Coubertin ha hecho equilibrios desde entonces con la geopolítica de un planeta que en el siglo XX cambió dramáticamente, cambiando también el destino y el formato de los Juegos, dejándonos un montón de historias sorprendentes.

Resumen

Revisión de las fechas claves de la llegada del concepto sostenibilidad al movimiento olímpico y revisión del llegado material e immaterial de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

Resumen:

El deporte profesional, entendido como una dimensión más del deporte, es el reflejo de las exigencias de la sociedad y cumple con la función de evasión requerida por sus miembros. Paradigma social que la pandemia ha roto. La reflexión es obligada: ¿qué hay en la vida de un deportista de alto nivel más allá del deporte?

La excepcionalidad de una situación de confinamiento sin precedentes ha obligado a los deportistas a reorientar sus objetivos y, en muchos casos, a reflexionar sobre el presente de su carrera y valorar su futuro profesional.

Separada en tres grandes bloques, la mesa redonda intentará dar respuestas a preguntas como:

• ¿Qué tienen los Juegos Olímpicos que los hace tan especiales?

• ¿Cómo ha afectado la COVID-19 a la programación y reprogramación de la temporada deportiva?

• ¿Cómo se prepara un deportista de alto nivel para la transición de la alta competición a la vida cotidiana?