La literatura fantástica ha sido durante siglos un terreno fértil para explorar lo místico y lo inexplicable. En el centro de muchas de estas narrativas se encuentra el esoterismo, una fuente de conocimiento y poder que va más allá de lo visible. Mis libros, como Irdana: Un Mundo Mágico, están llenos de este tipo de influencias místicas, que añaden profundidad y significado a las tramas.