HERRAMIENTAS DIGITALES

El mundo del Trabajo y las Tecnologías de Información y Comunicación La ciencia y la tecnología han creado nuevos mercados, y han transformado nuestro sistema de vida. En este sentido las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) han incidido en la actualidad en cambiar la forma de comunicarnos, amar, divertirnos y también la forma de trabajar. Como lo indica Del Bono y Henry (2008) La disminución de las barreras espaciales, que caracteriza la actual etapa de integración mundial de la producción, no ha hecho sino amplificar la importancia del espacio en tanto escenario, lugar concreto, hacia el que se dirigen -o desde donde se desplazan- inversiones y emprendimientos productivos. El proceso actual de desintegración vertical de la producción en distintos lugares del mundo (posibilitado por la incesante evolución de las tecnologías de información y comunicación) es una tendencia del capitalismo actual que indudablemente impacta en la configuración de los mercados laborales locales y acelera la transformación de los procesos de trabajo. (p.7) Al respecto, Smith y Hamidian (2011:455) apuntan que “las robotizaciones, informatizaciones, deslocalizaciones, fragmentaciones productivas, las nuevas lógicas de especialización y organización económica, se pueden constatar en un conjunto de cambios que están afectando la manera de entender y practicar el trabajo en general y las actividades laborales concretas en particular.”

Todas estas conjeturas, ya eran señaladas por Lucena (1999) a finales del siglo XX cuando indica que en la medida que el mundo de la producción recibe las repercusiones del avance científico y tecnológico ello le lleva a modificar sus sistemas productivos y organizacionales. En estos avances destaca la contribución de la micro-electrónica, las comunicaciones, la biotecnología y los nuevos materiales (p 20). Ante este escenario y las nuevas TIC surge la propuesta de teletrabajar. Parafraseando a Nilles (1973) el teletrabajo se define como cualquier forma de sustitución de desplazamientos relacionados con la actividad laboral por tecnologías de la información, de forma que sea posible enviar el trabajo al trabajador, en lugar de enviar el trabajador al trabajo. “Desde el punto de vista etimológico alude a la unión de las palabras telou (griego) y tripaliare (latin) que significan lejos y trabajar… Al teletrabajo también se le llama teledesplazamiento (Europa), y telecommuting (Estados Unidos)” (Delgado y Osio, 2011:70). Según estas definiciones, el teletrabajo puede ser definido con la formula: “Teletrabajo = Trabajo + Distancia + Uso intensivo de las TIC” (Osio, 2010:96). Entonces, se comprende que todo trabajo realizado distante del lugar de trabajo empleando las TIC para su desarrollo puede ser considerado como Teletrabajo. Boairov, Rozo, Brissolese et al (2011) realizan la siguiente aclaratoria para hacer mas clara la definición: el prefijo .tele. indica distancia y por ello se suele hablar de teletrabajo y trabajo a distancia como sinónimos. Sin embargo el trabajo a distancia no siempre es teletrabajo en el sentido de que no siempre se utilizan TIC para su realización. Si la ley hablara de trabajo a distancia (sin importar el lugar donde el teletrabajador se encuentre) debería aclarar que se refiere al que se realiza utilizando TIC. (p.12) Esto permite comprender que el contar con líneas telefónicas, sistemas de comunicación en internet, computadoras personales, teléfonos inteligentes y usarlos en el desarrollo del trabajo en lugares distintos a los puestos de trabajos tradicionales, es lo que simplemente ha dado origen a esta nueva forma de trabajar –teletrabajar- y las personas que lo practican son las llamadas teletrabajadores.

Hay que entender que el Teletrabajo, según Ochoa (2002:217), permite un nuevo orden social y laboral donde la tecnología… posibilita la ejecución de la prestación de los servicios a distancia y provoca una ruptura de los tradicionales binomios trabajador-centro de trabajo y trabajo-horario de trabajo. En este sentido, es necesario entender que las relaciones entre los teletrabajadores y los actores laborales tradicionales deberían ir construidas sobre la nueva consigna “diversidad, comunicación, solidaridad” (Muckenberger, 2008: 742). Debido a las implicaciones de esta nueva forma de trabajar, ya que se conoce que las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación tienen en la actualidad una gran influencia en los modos de organizar el trabajo ya que dichas tecnologías facilitan la descentralización que, entre otras manifestaciones se puede conseguir a través del teletrabajo que se configura como un nuevo modo de organización y gestión de trabajo que tiene el potencial de contribuir substancialmente a la mejora de la calidad de vida y a prácticas de trabajo sostenibles. Así lo expresa la Carta Europea para el Teletrabajo realizada al amparo de la Dirección General XIII de la Unión Europea bajo el programa DIPLOMAT. (Ochoa, 2002:217) Entonces, se puede ver el teletrabajo como una forma de trabajo que apunta a la consecución de los sueños individuales y colectivos, ya que permite generar un equilibrio entre el mundo laboral y el familiar, al teletrabajador puede definir cuando y a qué hora trabaja. También mejora el estrés del trabajador al sacarlo del tráfico para ir al lugar del trabajo, incide en la disminución de la contaminación. Sin embargo, puede crear situaciones que podrían ir en detrimento de las condiciones del trabajador y se debe estudiar aspectos como: La intensificación del trabajo, la delimitación de la jornada de trabajo, la protección de los datos y la intimidad del trabajador, la reglamentación de los costos de producción, el control y la gestión del proceso productivo, y las disposiciones necesarias para los acuerdos contractuales que contengan dichas problemáticas. (Lenguita, Duhalde y Villanueva, 2005) Así que esta nueva modalidad de trabajo, no escapa de las situaciones discutidas a lo largo del artículo. Se vuelve al punto, donde es necesario repensar el como construir las

relaciones entre los actores laborales y su humanidad. Es necesario conocer la fisonomía de esta relación laboral y establecer marcos regulatorios que apoyen al desarrollo de esta modalidad.