Me gustaba un colega de mi empresa, Shen Luo, una persona amable y responsable. Sus modales eran elegantes y a menudo me ayudaba con el trabajo.

Estaba fascinado con una persona que, como yo, era hombre.

Por desgracia, tenía novia.

Su novia también trabajaba para nuestra empresa. Era mi subalterna que a menudo acudía a mí en busca de ayuda cada vez que se encontraba con alguna dificultad, una chica sencilla con un corazón puro. Si supiera lo que pasaba por mi mente acerca de su novio, ¿me seguiría sonriendo como lo hace todos los días?

Un día, en una actividad de la empresa, fingí estar borracho y seguí a Shen al baño de hombres.

—He estado enamorado de ti durante mucho tiempo.

Con una mirada borracha, me incliné sobre su cuerpo, aprovechando esta oportunidad para tocarle el pecho.

Quedó impactado, pero recuperó la compostura rápidamente y me susurró al oído:

—Estás borracho.

Ya nada me importaba cuando moví mi mano dentro de su camisa, acariciándole el pecho.

—Nunca has probado a un hombre, ¿verdad? Estoy dispuesto a ser tu amante, lo mantendré en secreto y no dejaré que nadie sepa de nosotros. No te daré ningún problema, lo prometo.

Su expresión se retorció de aversión y me apartó bruscamente.

—¡Me voy a casar con mi novia! ¡Y odio a los gays, especialmente a los que no tienen autoestima! —escupió.

Fue como un rayo caído del cielo. El caballero siempre elegante me estaba gritando.

No es de extrañar. ¿Quién, como hombre, estaría dispuesto a ser provocado por un asqueroso gay?

Desde entonces, fui a trabajar como siempre. Él y su novia me saludaban normalmente. Parecía haber olvidado cómo rechazó mi confesión. Poco después, comencé a satisfacerme dentro de los bares, pasando mis noches con diferentes hombres. Poco a poco, todos los sentimientos de amor se desvanecieron.

En la noche de mi cumpleaños, apareció en mi puerta sosteniendo un regalo en la mano y sonriendo como si nada hubiera sucedido.

—Feliz cumpleaños —susurró.

Debido a que nunca me había hablado con un tono tan amable desde la confesión, me sentí halagado.

—Es tarde, si tienes algo de qué hablar, lo haremos mañana —mantuve un rostro indiferente. Había muchos hombres con más prestancia y estilo en los bares.

Shen Luo se sorprendió por mi actitud. —¿Estás enojado por lo de la última vez? En realidad, no odio a los gays. En ese momento me enojé porque te estabas humillando, ¡así que te regañé!

Sospeché si Shen Luo había tomado la medicina equivocada. —Si peleaste con tu novia, por favor anda al bar y emborráchate. ¡No vengas aquí y te burles de mí! —cerré la puerta de golpe y le puse pestillo.

—¡Xiao Zheng! No te enfades, ¿bueno?

—Sé que soy el que más te gusta.

—¿No cambiarás de opinión? ¿Xiao Zheng?

Luo Shen se quedó cerca de mi casa durante toda la noche. Debe haberse vuelto loco.

Al día siguiente, cuando fui a la empresa para confrontarlo, simuló una mirada de disgusto. —No me molestes —dijo con una voz fría.

¡Simplemente ridículo!

En el camino de regreso a casa desde el trabajo, no supe de dónde salió, y como si nada hubiera pasado, sonrió. —Conozco un buen restaurante, debe...

Lo fulminé con la mirada. —¿Crees que soy tonto? ¡No quiero volver a verte, lárgate!

Me di vuelta y me preparé para irme, pero me agarró del brazo. —Por favor, acompáñame, Xiao Zheng.

¡Debe tener esquizofrenia!

Me arrastraron a un restaurante. Cuando estaba ordenando la comida, marqué el número de su novia. —Li Yu, ¿se ha vuelto loco tu novio? ¡Por favor, ven a buscarlo!

La voz de Li Yu se llenó de dudas. —De qué estás hablando Xiao Zheng, ¡Shen está justo a mi lado!

Miré fijamente al hombre que estaba pidiendo comida y espeté:

—Deja de bromear. No tengo tiempo para esto ahora. ¡Estoy en el restaurante XX, ven a buscarlo!

Justo cuando estaba a punto de colgar, apareció una voz familiar en el auricular. —Soy Shen Luo, ¿de qué estás hablando?

El "Shen Luo" que estaba sentado frente a mí sonrió.

—¿A quién estaba llamando Xiao Zheng?

Te amo, pero no puedo estar contigo. Si puedo dividirme en dos, estaré contigo.