Su madre tendría motivos más que suficientes para mandarlo a vivir con su abuelo.

Como fuera, los años jóvenes los pasa Doshin So viviendo en China, acompañando a su abuelo. Y este hombre es un funcionario japonés, que de vez en cuando realiza misiones de espionaje, que pertenece a alguna sociedad secreta y que lleva años practicando artes marciales.

Es en este ambiente en el que crece el joven So, que pronto se convierte, a su vez, en un hábil luchador.

En su larga estancia en China, y mientras acompaña a su abuelo en su trabajo, Doshin So tiene la oportunidad de ir conociendo muchos de los estilos de lucha que se practicaban en China.

Allí le coge la Segunda Guerra Mundial, alistado en el ejército imperial japonés. Todo el mundo sabe que Japón perdió la guerra, que el emperador fue humillado y que el territorio fue ocupado por el ejército americano.

Cuando Doshin So regresa a Japón, al terminar la guerra, se encuentra con que la gente ha perdido la ilusión, carece de entusiasmo para reconstruir lo destruido, y que las mafias y delincuentes son las que gobiernan, ante la pasividad e inacción de los ciudadanos.

Empieza a hacer reuniones en las que intenta animar a la gente a colaborar entre todos para levantar de nuevo a la Nación. Pero la gente no responde o se aburre pronto. Así que cambia de estrategia.

Decide enseñar lo que sabe de artes marciales. Sistematiza todo lo aprendido de su abuelo, de sus viajes por China y de las artes tradicionales japonesas. Y de esa manera, crea un cuerpo compacto de entrenamiento y de lucha que, con el tiempo, se acabará llamando Shorinji Kempo. Es 1947.

Así que, entre entrenamiento y entrenamiento, Doshin So trasmitía las inquietudes y valores patrióticos y humanistas que creía necesarios en aquellos días. Había que generar personalidades fuertes y líderes decididos para construir un Japón mejor.

Pero ahora, es finales de 2018. Japón ya hace años que se convirtió en una fuerte potencia económica mundial. Y el Shorinji Kempo ha salido de Japón y se ha extendido por los cinco continentes.

¿Cuál debe ser el papel del Shorinji Kempo en un mundo en el que es más fácil morirse de un atracón que de hambre, que la Cocacola causa más muertes que Al-Kaeda y que Facebook sabe más de ti que tu marido o tu esposa?