Cuentan los antiguos de mi pueblo, que hace mucho, mucho tiempo. Andahuasi fue visitado por una delegación de estudiantes dirigidos por unos curas agustinos, esto fue después de realizar su recorrido de excursión al distrito de Sayán (pueblito cerca de Andahuasi).
Fue a eso del medio día, en que llegaron a un determinado lugar del cequión, que hasta ahora existe y que lleva agua al ingenio azucarero, con el fin de darse un baño reposador y así combatir el calor que les sofocaba.
En este lugar existían dos peñas: una grande y una chica, era un reto cruzar la correntada de agua y pasar la otra orilla y así poder llegar a ellas. Uno de los curas, con sotana y todo logro tal proeza y se sentó a descansar su fatiga en la peña chica, los estudiantes alborozados celebraron el hecho; acto seguido el cura trepó a la peña grande y se dio una zambullida del cual no emergió jamás; por más que le buscaron cequión abajo, cerraron la toma de adaptación de agua, no se encontró nada de él. Se dice que, en noche de luna llena, la persona que pasa sola por el lugar, ve un cura sin cabeza en la peña grande, presumiblemente sea el alma en pena del desafortunado cura cuyo cuerpo fue atrapado por el remolino que existía en el lugar y que era originado por las dos peñas y la intensa corriente de agua.