12 manifestaciones del Espíritu Santo

Fernando Alexis Jiménez

Dios se manifiesta con poder en nuestra vida. De hecho, Él mora en nosotros. ¿De qué manera? Por Su Espíritu Santo. Es una de las manifestaciones de Su gracia, del amor que nos tiene.

Alrededor del Espíritu Santo se ha escrito y enseñado mucho. En algunos casos, las orientaciones son afortunadas. En otras, en un marco teológico totalmente descontextualizado. Obedece más a las doctrinas particulares de cada denominación. De ahí que reviste importancia circunscribirnos a lo que enseña la Biblia, como nuestra fuente de autoridad.

Un elemento grandioso es saber que el Espíritu Santo es Dios morando en cada uno de nosotros, como escribió el apóstol Pablo a los creyentes de Corinto:

"¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?" (1 Corintios 3:16 | NVI)

El apóstol Juan escribió:

"¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu." (1 Juan 4:13 | NVI)

La presencia del Espíritu de Dios en nuestras vidas es la materialización de una promesa que hizo en el Antiguo Testamento:

“Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes.” (Ezequiel 36:27 | NVI)

Esa presencia no nos abandona; por el contrario, como aprendemos en la Palabra, nos guía en todo momento (Gálatas 5:25)

Le invitamos para que, de manera sucinta y con fundamentación bíblica, tengamos una aproximación al obrar del Santo Espíritu de Dios.

¿Qué hace el Espíritu Santo?

Cuando vamos a las Escrituras, resulta sorprendente y a la vez maravilloso descubrir al menos 12 manifestaciones poderosas y transformadoras en nuestra vida:

1.- Nos habla (Hechos 28: 25; Apocalipsis 2:7)

2.- Es Dios creador (Génesis 1: 2; Job 26: 13)

3.- Resucita a los muertos (Romanos 1: 4; 6: 11)

4.- Nos lleva a nacer de nuevo (Juan 3: 5-7)

5.- Nos convence de pecado y de juicio (Mateo 12; 28; Juan 16: 8)

6.- Todo lo sabe (1 Corintios 2: 10)

7.- Está en todas partes (Salmo 139: 7, 8)

8.- Nos ayuda en nuestra debilidad (Romanos 8: 26)

9.- Nos instruye (Juan 14: 26)

10.- Nos guía para tomar decisiones apropiadas (Juan 16: 13; Romanos 8: 14)

11.- Nos fortalece (Hechos 9: 31)

12.- Es Dios morando en nosotros (1 Corintios 6: 19, 20).

Cuando el Espíritu de Dios mora en nosotros, nos permite experimentar la transformación que tanto anhelamos y que, en nuestras fuerzas, no es posible:

"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas." (Gálatas 5:22-23 | NVI)

Esas noticias son maravillosas porque nos muestras de qué manera la gracia de Dios no solamente perdona nuestros pecados en respuesta a un sincero arrepentimiento, sino que—además—viene a morar en cada uno nosotros. Nos lleva a experimentar cambio y crecimiento permanentes.

Hijos de Dios por su Gracia

Nada haría posible, en nuestros propios esfuerzos, ser salvos de la condenación y menos llegar a ser hijos Suyos. Dios lo hizo posible por su infinito amor, es decir, por gracia.

"Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!»." (Gálatas 4: 6 | NVI)

El Evangelio de Juan anota:

“Más a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios. Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1: 12 - 14 | NVI)

No desaproveche la oportunidad. Hoy es el día para experimentar la transformación que proviene de Dios, por su gracia. Aprópiese de esa gracia. Decídase ahora por la nueva vida en Cristo.

© Fernando Alexis Jiménez

Escuche las transmisiones diarias de Vida Familiar con Fernando Alexis Jiménez.