12 secretos para cultivar buenas relaciones

Cultivar buenas relaciones. No solo con el cónyuge y con los hijos, sino con las personas con las que interactuamos diariamente.

Varsovia estaba destruida y deshabitada. El ambiente turbio de la guerra se percibía por todos lados. La misión de Wilm Hosenfeld era acabar con todos los judíos o gitanos; no dejar con vida a nadie. Y, por supuesto, estaba dispuesto a cumplirla. Como buen Nazi, convencido de su nacionalismo, conquistar territorios figuraba entre sus prioridades.

Lo que le sorprendió fue encontrarse a alguien que, pese a las circunstancias, había sobrevivido. Recordó la historia de Robinson Crusoe, que leyó en la niñez. Le apuntó y justo cuando iba a dispararle, Wladyslaw Szpilman, le implora con la mirada y le dice que es un pianista, un artista.

“Muéstrame que es verdad”, le ordenó el militar. Szpilman interpretó enseguida el tema "Nocturne" en Do sostenido menor de Chopin, en un viejo piano que sobrevivió a la barbarie.

Ese instante marcó un antes y un después. Hosenfeld le ayudó a mejorar su escondite, instaló su base en la misma casa, y le proveyó de comida. Se hicieron amigos. Le traía periódicos donde se anunciaba la pronta caída de de Alemania. La amistad se cultivó durante un mes.

Años después, Wladyslaw Szpilman declararía acerca de Hosenfeld: "Fue el único ser humano con uniforme alemán que yo conocí. Un verdadero amigo".

La historia es real. Fue Inmortalizada en la película "El Pianista".

La importancia de la amistad

Hay dos versos maravillosos que hablan de cultivar la amistad y que leemos en Probervios:

"En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano." (Proverbios 17:17 | NVI)

Y, también:

"Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano. " (Proverbios 18:24 | NVI)

Desde la perspectiva de Dios, la amistad no solo reviste importancia, sino que cultivar esas buenas relaciones (incluyendo al interior de la familia), trae bienestar a nuestro ser.

Consejos prácticos y eficaces

La psiquiatra y escritora española, Marían Rojas Estapé, señala la relevancia de cultivar buenas relaciones.

“La amistad es el grado máximo de la interacción con otros, por debajo eso sí, del amor.  Para que surja una verdadera amistad, tiene que producirse una convivencia, un intercambio de vivencias y emociones. La amistad se fortalece con base en las confidencias y se rompe con las indiscreciones. Hay que cuidar la amistad con cuidado, trabajarla con artesanía, tesón y perseverancia.”

En esa dirección, compartimos con usted consejos sencillos que le ayudarán en el proceso de afianzar las relaciones interpersonales:

1.- Muestre un interés auténtico por las personas.

2.- Recuerde datos importantes de las personas con las que interactua.

3.- Evite juzgar a las personas.

4.- No imponga su criterio, creencias o valores.

5.- Aproveche los intereses comunes.

6.- Ayude a quien lo necesita.

7.- No tema sentirse vulnerable si necesita pedir ayuda.

8.- No critique, hable bien de los demás.

9.- No pierda la buena voluntad.

10.- Aprensa a dar sin esperar recibir nada a cambio.

11.- Procure que sus palabras transmitan un mensaje transformador.

12.- No deje de ser amable.

Haga una evaluación sencilla. ¿Está usted cumpliendo con algunos de esos principios? ¿Qué otras pautas debería afianzar?

Una decisión que debe adoptar

De acuerdo con Robert Waldinger, especialista norteamericano en estudios sobre la felicidad, esa plenitud de vida se alcanza como consecuencia de cultivar buenas relaciones a nivel familiar y personal, así como mantener una amistad con las personas con las que interactuamos diariamente.

Esa amistad sólida parte de tener una apreciación sincera por los demás, y no hablar mal de nadie.

La psiquiatra, Marián Rojas Estapé, aborda el asunto en los siguientes términos:

“Hablar mal de otras personas induce nuestro organismo a un estado emocional lleno de cortisol y todos sabemos los riesgos que conlleva el cortisol. Si quiere que confíen en usted, que valoren su integridad y que la gente aprecie su amistad, sea discreto: no critique.”

Lo más probable es que al evaluarnos, encontremos que hay aspectos de nuestro relacionarnos con la familia y las demás personas, que ameritan ajustes. No en nuestras fuerzas, sino con ayuda de Dios.

Recuerde siempre lo que enseña la Palabra:

"Mejor son dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!" (Eclesiastés 4:9-10 | NVI)

Este es el día apropiado para comenzar ese proceso de transformación que anhela. Aprópiese de la gracia de Dios que perdona nuestros pecados, y nos lleva a un nuevo nivel, siempre.

Puede que haya cometido grandes errores, sin embargo, con ayuda del Señor, por Su gracia, podemos cambiar.

© Fernando Alexis Jiménez