SALUD MENTAL 

EN 

 ADOLESCENTES Y JÓVENES

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, está en condiciones de afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad” (OMS, 2022).

En cuanto al concepto de apoyo en material de salud mental y psicosocial, la OMS lo define como "cualquier tipo de apoyo local o externo cuyo objetivo es proteger o promover el bienestar psicosocial y/o prevenir o tratar los trastornos de salud mental".

Esta definición global constituye un punto de partida para conceptualizar qué entendemos por salud mental. Desde esta visión, la salud mental es el bienestar emocional, psicológico y social. Afecta a la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Determina cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos, cómo tomamos decisiones, manejamos las situaciones difíciles de la vida, creamos una vida con proyectos y contribuimos a los demás. 

La salud mental es importante en todas las etapas de la vida. Sin embargo, durante la adolescencia tiene lugar una serie de hitos que pueden impactar particularmente sobre la salud mental. 

En esta etapa, los jóvenes experimentan un período de intensos cambios físicos, emocionales y sociales, lo que los lleva a enfrentarse a una serie de desafíos y dilemas que son característicos de esta etapa de la vida. La autonomía con respecto a los padres, la exploración de la identidad sexual, los cuestionamientos filosóficos, religiosos y políticos, así como la elección vocacional, son solo algunos de los aspectos que deben abordar mientras se desarrollan y buscan su lugar en el mundo.

Según la OMS (2018), la mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años, pero la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan.

El cuerpo juega un papel central en esta etapa, ya que es el escenario donde se manifiestan muchos de estos cambios y donde se experimentan inseguridades y batallas internas. Es común que los adolescentes se enfrenten a ambivalencias y dudas, tanto por las pérdidas o cambios simbólicos que experimentan, como por las nuevas adquisiciones y descubrimientos que realizan sobre sí mismos y el mundo que los rodea.

Es importante destacar que estas experiencias novedosas pueden generar tanto emociones positivas como negativas en los adolescentes, lo que puede manifestarse en momentos de alegría y entusiasmo, pero también en dificultades y malestar emocional.

Es una etapa de descubrimiento, aprendizaje y crecimiento, donde se enfrentan a una serie de desafíos y emociones intensas. 

Es fundamental comprender y acompañar a los jóvenes durante este proceso, brindándoles el apoyo necesario para superar las dificultades y fortalecer su bienestar psicosocial. Recursos para familias con hijos o hijas (pre)adolescentes.

Para analizar el bienestar de niños, niñas y adolescentes, UNICEF ha adoptado el modelo ecológico social, el cual propone que el bienestar y desarrollo óptimo dependen de :

El modelo propone que el desarrollo óptimo y el bienestar dependen de factores de contexto que incluyen a las familias, las condiciones comunitarias, socioculturales, políticas, de acceso a servicios y de garantía de derechos

En concordancia con este modelo, UNICEF utiliza la expresión salud mental y soporte psicosocial, con la que describe todo tipo de apoyo local o externo cuyo objetivo es proteger, prevenir o promover el bienestar psicosocial.

El Comité Permanente entre Organismos (IASC), compuesto por representantes de diversos organismos de asistencia humanitaria de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, ha desarrollado una pirámide de intervención en salud mental y soporte psicosocial.

Esta pirámide, propuesta en 2007, refleja las conexiones entre programas que pueden dirigirse al nivel de la comunidad en general y programas específicos dirigidos a grupos objetivos dentro de una población que requieren un apoyo más especializado.

En esta estructura piramidal de intervención, se establecen diferentes niveles de atención y apoyo en función de las necesidades de la población. 

En la base de la pirámide se encuentran los servicios básicos y de seguridad, que abarcan a la mayoría de los individuos sin factores de riesgo evidentes. En este nivel, se enfoca en proporcionar información, acciones preventivas y aumentar la conciencia sobre temas de salud mental a través de plataformas educativas o comunitarias.

A medida que se asciende en la pirámide, se encuentran los apoyos de la comunidad y la familia, que se dirigen a brindar un soporte más focalizado, pero no especializado, a aquellos que puedan necesitarlo dentro de la población. En este nivel, se busca fortalecer las redes de apoyo social y familiar para promover el bienestar psicosocial y la salud mental de grupos específicos.

En la capa superior de la pirámide se encuentran los servicios especializados, destinados a aquellas personas que requieren un apoyo más especializado y profesional en cuestiones de salud mental y bienestar psicosocial. Estos servicios están diseñados para atender necesidades más complejas y específicas, brindando intervenciones más focalizadas y personalizadas.

En resumen, la pirámide de intervención propuesta por el IASC en salud mental y soporte psicosocial establece una estructura jerárquica que abarca desde la prevención universal en la base hasta la atención especializada en la cúspide, permitiendo una respuesta escalonada y adaptada a las necesidades de la población en diferentes niveles de intervención. 

Fuente: https://bibliotecaunicef.uy/Situacionbienestarpsicosocialsaludmentaladolescentes

Los proyectos que nos acompañan en esta píldora están interviniendo en los tres primeros niveles.