Las elecciones de 2023 al Concejo de Medellín, Colombia, giraron en torno a los cambios en el personalismo en la derecha paisa. El personalismo se puede entender como “una forma de representación en la que un individuo abarca todos los aspectos de la política, de modo que, en lugar de representar un proyecto, el proyecto se convierte en la propia figura del gobernante”. Vía los partidos Creemos y Centro Democrático (CD), la derecha arrasó en las elecciones al Concejo de la capital antioqueña: juntos, ambos partidos controlarán el 58% del Concejo 2024-2027. El personalismo encarnado en el fortalecimiento de la figura de Federico “Fico” Gutiérrez y declive del protagonismo de Álvaro Uribe es clave para comprender este resultado.

El CD nació en 2013. Una década más tarde, es un partido ya establecido y liderado desde su fundación por el expresidente Uribe. Es un proyecto con fuertes visos personalistas, que en sus orígenes se centraba aún más en Uribe, pero que con el tiempo ha construido otros liderazgos, aunque el expresidente sigue estando en el corazón y en el logo mismo del partido. Tiene una fuerte base de apoyo en Antioquia (de donde Uribe es oriundo) pero también en el resto del país. El partido Creemos es un vehículo electoral más nuevo, fundado en 2015 como movimiento cívico y ciudadano, que se convirtió en un partido político formal en 2023. Su fundador es Federico Gutiérrez, exalcalde de la metrópolis antioqueña (2016-2019), excandidato presidencial en 2022 y nuevo alcalde de Medellín desde el 1 de enero de 2024. Sin embargo, a diferencia  del CD, un partido de alcance nacional con amplia trayectoria, Creemos es un partido enfocado principalmente en Antioquia y en su capital.

El CD, aunque no controló la alcaldía, ha sido el partido con más curules en el Concejo desde 2015, seguido, de lejos, por el Partido Conservador (Gráfico 1). La bancada del CD ha sido la fuerza dominante del Concejo, con las curules restantes repartidas desproporcionalmente entre el resto de los partidos. Esta situación cambió de manera pronunciada en 2023 y la nueva dinámica favoreció claramente a Creemos.

La clara victoria de la derecha en el Concejo de Medellín esconde varias dinámicas. Por un lado, el rechazo rotundo al alcalde saliente Daniel Quintero, quien llegó al poder en el 2020 con un perfil de “outsider”, de corte muy personalista. Sin embargo, su gobierno se caracterizó por acusaciones de corrupción y su ambición desmedida de protagonismo en la política nacional. La falta de confianza en su partido y sus problemas de gestión hicieron que no alcanzara ni una curul en el Concejo de 2024 y que su heredero, Juan Carlos Upegui, tuviese un pésimo desempeño en su apuesta por llegar a la alcaldía alcanzando tan solo el 10.14% de votos.

Por otro lado, la victoria de Creemos es resultado de su exitosa estrategia electoral que le permitió arrasar en el Concejo y también hacerse con la alcaldía. Creemos le apostó a una campaña al Concejo centrada en una persona: su candidato a la alcaldía, Fico Gutiérrez. Quien ya era conocido a nivel local, pero, gracias a su candidatura presidencial en 2019 logró un grado mayor de exposición a nivel nacional. En el Manual de Identidad de Campañas de Creemos se nota cómo Fico fue el punto central de la estrategia de publicidad: se lee, por ejemplo, como para todas las candidaturas al Concejo era indispensable incluir su imagen en los materiales publicitarios. Esto permitió que, al hacer campaña, la figura de Fico impulsara votos a los y las candidatas a las concejalías y viceversa, produciéndose un efecto arrastre. Como resultado, se obtuvieron siete escaños (convirtiéndose en el partido más fuerte en el concejo de 21 curules) y redujeron la mayoría que el CD ostentaba desde su creación, quedándose este último con “solo” cinco escaños.

A continuación, analizamos la distribución de votos por ambos partidos de derecha en los 223 puestos de votación de la capital paisa. Los patrones de votación de Creemos para 2015 y 2023 (el partido no presentó lista al Concejo en 2019) muestran que se posicionaron como líderes en todos los puestos de votación y desbancaron al CD. En las pasadas elecciones de 2019 el partido se tomó El Poblado (anteriormente enclave del CD) y estableció nuevos enclaves estratégicos en el oeste de la ciudad (Mapa 1). Creemos fue dominante en 2023, con un aumento porcentual por puesto de votación de hasta 38,5 puntos porcentuales comparado con los apoyos obtenidos en 2015. El partido creció como una nueva opción para la derecha paisa y reconfiguró el orden electoral territorial en la región. Con su victoria para la alcaldía y una numerosa bancada en el Concejo, Gutiérrez pasa a consolidarse como la principal figura política de Medellín. Mientras tanto Uribe, otrora cacique de la capital paisa, vio deteriorada su imagen, en declive con un 67% de imagen desfavorable en 2021.

El CD, partido de Uribe, se había consolidado como el partido ganador en las elecciones al Concejo en 2015 y 2019, con El Poblado, el barrio más exclusivo de Medellín, su enclave electoral más fuerte (Mapa 2). Más allá de esa zona, el CD había permeado todo el territorio de la ciudad, especialmente en las partes céntrica y de este de la ciudad, donde alcanzó hasta el 45%. Sin embargo, 2023 ha sido el punto de quiebre: Creemos volvió a competencia, luego de no haber participado en las elecciones subnacionales anteriores. Para este año, Creemos pasó a ser el partido con mayor porcentaje de votos en todos los puestos de votación de Medellín, aumentando su porcentaje de votación en puestos usualmente con resultados electorales más divididos entre varios partidos (Mapa 1).

Nuestro análisis de los patrones electorales en la capital antioqueña muestra que la estrategia personalista de Creemos, apoyándose en la figura de Fico, logró solidificar aquellas bases de votantes que ya tenían y al mismo tiempo captar nuevos votos de los “swing voters” pero, sobre todo, de personas que tradicionalmente apoyaban al CD. Vemos que Medellín se dio una reconfiguración de la tradicional derecha paisa, que va de la mano con la crisis actual del CD a nivel nacional. De tener 51 curules al Congreso en 2018, el Centro Democrático pasó a tener 29 curules en 2022. Albarracín, Gamboa y Milanese (en prensa) muestran que el CD históricamente ha sido más exitoso a nivel nacional que en la política subnacional. Sin embargo, en las elecciones recientes el partido de Uribe ha perdido fuerza tanto nivel nacional (Congreso) como incluso en su bastión, Medellín.

La derecha paisa parece estar reconfigurándose a través de nuevos partidos y nuevos liderazgos. Otros liderazgos personalistas de derecha también están surgiendo en otras regiones del país: Jaime Andrés Beltrán en Bucaramanga (Partido Colombia Justa y libres) y Alejandro Éder en Cali (Movimiento Revivir Cali). Surgen nuevas figuras de derecha, pero no del CD, que están buscando los votos que se le han fugado al uribismo. ¿Podrá una nueva derecha, con un eslogan distinto a ser “anti-guerrillas”, consolidarse a nivel nacional y subnacional? ¿Lograrán Fico y Creemos consolidar un ejemplo local exitoso de esta reconfiguración?

Alicia Henao es estudiante de Relaciones Internacionales y Ciencia Política y Gobierno en la Universidad del Rosario, Antonia Hernández es estudiante de Ciencia Política y Gobierno y Jurisprudencia en la Universidad del Rosario, Julio Pitta es estudiante de Relaciones Internacionales y Administración de Negocios Internacionales en la Universidad del Rosario, Anabella Rodríguez es estudiante de Ciencia Política y Gobierno y Gestión y Desarrollo Urbanos en la Universidad del Rosario.