El Proyecto Guacamaya nació de una pregunta:
¿Qué nos divide y qué, a pesar de todo, aún nos une?
Comenzó como una búsqueda de sentido: una indagación sobre la polarización, la democracia y el sentido de pertenencia. Las conversaciones que antes unían a las familias a través de continentes comenzaron a reflejar las mismas fracturas que dividen a las naciones. Voces que compartían una misma historia, las mismas raíces matriarcales, se encontraron de pronto en orillas opuestas de una misma verdad.
En uno de esos largos intercambios —a través de la distancia digital y la nostalgia— aparecieron tres guacamayas brillantes, enviadas como simples stickers en un chat, pero cargadas de algo mucho más profundo. Las guacamayas de Caracas, radiantes y libres, se han convertido en un emblema silencioso de la diáspora venezolana. Para los millones que partieron, sus alas llenan los cielos que alguna vez resonaron con risas humanas. Se posan en nuestros balcones, habitan nuestra memoria y nos recuerdan la belleza y la fragilidad de la libertad.
Fue en ese instante cuando la idea alzó el vuelo.
El Proyecto Guacamaya surgió como un puente —entre el arte y el activismo, el duelo y la creación, el exilio y el reencuentro. Reúne a artistas de todas las disciplinas—pintura, escultura, fotografía, poesía, música—invitándolos a ofrecer obras inspiradas en la guacamaya, ese ser que encarna la resistencia y la esperanza. Cada obra se convierte en un gesto de resistencia creativa, un diálogo entre naciones, y un recordatorio de que la democracia y la libertad son organismos vivos: frágiles, radiantes, y dignos de ser defendidos.
La exposición inaugural, GUACAMAYA: Un Vuelo Colectivo por la Libertad, debutará en Arte Capital, Ciudad de México (13–17 de noviembre de 2025). Representa el primer encuentro de este movimiento: una invitación a reflexionar sobre el sentido de la libertad, el costo del silencio y el papel del arte como vehículo de conciencia cívica.
Desde este primer vuelo, el proyecto vislumbra la creación de una fundación —un laboratorio de activismo creativo— que conecte a artistas, pensadores y ciudadanos a través de fronteras. Mediante alianzas con movimientos culturales, comunitarios y cívicos desde Los Ángeles, en todo Estados Unidos, México, Venezuela, toda Latinoamérica; y con futuras colaboraciones junto a redes globales de arte, bioarte e innovación ambiental, el Proyecto Guacamaya busca transformar la belleza en participación, y la participación en transformación.
La guacamaya, con sus plumas vibrantes y su voz indómita, encarna el espíritu de un pueblo que se niega a rendir sus colores. En Venezuela, se ha convertido en símbolo de libertad —incluso dando nombre a actos de valor y liberación—. Pero su mensaje trasciende fronteras: habla a todos los que han conocido el exilio, el silencio o la herida de la división, y que aún creen que el arte puede sanar, que el diálogo puede reconstruir, y que la humanidad puede volver a elevarse en un vuelo colectivo.
El Proyecto Guacamaya no es solo una exposición. Es un movimiento.
Una declaración de que la libertad tiene un sonido, un color y un alma—
y que esa alma nos pertenece a todos defender.
Ingrid Barajas Lucena,
Proyecto Guacamaya