Comenzamos…
Así es la ciencia (¿Así es la ciencia?)
Desde muy chicos, en la escuela o fuera de ella, estamos en contacto con la ciencia, pero nunca nos resulta muy claro qué significa esa palabra, y generalmente nos parece muy difícil todo lo que tenga que ver con ella…
● Si alguien te preguntara qué es la ciencia, ¿qué responderías? Hacele esta pregunta a varios compañeros y anota sus respuestas. Si las analizas, te vas a dar cuenta que las opiniones son muy distintas.
De una manera muy general, la ciencia es un conjunto de conocimientos que busca explicar el mundo que nos rodea. Pero no es solo eso la ciencia es una actividad humana: en ella participan hombres y mujeres que se relacionan con el mundo e intervienen en el. Se hacen preguntas y buscan respuestas, y esto significa que los resultados son impredecibles, inciertos y siempre llevan a nuevas preguntas.
¿Qué otras características tiene la ciencia?
La ciencia puede entenderse como un proceso de producción y construcción de conocimientos a lo largo de la historia, conocimientos que van cambiando hacia formas más validas o útiles de ver el mundo. Esto la hace provisional y perfectible, o sea que lo que se considera hoy como válido, quizás en el futuro no lo sea.
Que en determinados momentos la forma de observar y explicar la naturaleza sea de una forma y luego cambie, no significa que la ciencia no sea fiable. Como te contamos hace un rato, los científicos se hacen preguntas sobre el mundo y estas se relacionan con los intereses, los saberes y las expectativas de una cultura. Se elaboran respuestas provisorias que se ajustan a lo que se sabe en ese momento histórico.
A medida que el conocimiento se enriquece, las respuestas van mejorando, y en ocasiones, hasta pueden descartarse. Entonces, la intervención en el mundo es cada vez más eficaz y más profunda. Si no, piensa o averigua sobre algún descubrimiento actual que no existiese en la época de tus abuelos.
Antes de continuar, te propongo un ejercicio: cierra los ojos (aunque no mucho, así puedes seguir leyendo) e imagina a alguien que esté investigando en ciencias. ¿Ya está?
Apuesto a que te has imaginado a:
- Un hombre
- Con guardapolvos
- Con anteojos
- Con cara de loco (y no solo cara)
Olvidemos el guardapolvo, los anteojos y la locura. Pero… ¿Por qué un hombre, siempre un hombre?
Tal vez parte de la respuesta sea histórica, ya que durante gran parte de esto que llamamos civilización las mujeres tenían completamente vedado el acceso al conocimiento científico. Que fueran a lavar los platos, sí, o a otros menesteres, como limpiar el hogar, cuidar niños, coser, bordar y abrir la puerta para ir a jugar. Pero de ciencia, ni hablar.
Claro que ha habido notables excepciones en nuestra historia, pero pocas veces se las menciona en toda su grandeza –y muchas otras veces, se recuerda a “la esposa de…”, “la hija de…”, “la hermana de…” (detrás de todo gran hombre y todo eso)-. Más que olvidadas, las mujeres han estado exiliadas de la ciencia, y los datos son cruelmente claros.
¿Mujeres en la universidad? Solo a fines del siglo XIX o principios del XX. ¿Mujeres en las academias de ciencias? Pocas, y desde la segunda mitad del siglo XX (y en la Argentina, recién desde los años noventa). ¿Mujeres premios Nobel en ciencias? Alrededor del 5% de los galardonados. ¿Mujeres en posiciones jerárquicas en las instituciones científicas? Ja.
La excusa histórica suele ser que “están menos preparadas”; recordemos que, en 2005, el entonces presidente de la universidad de Harvard, Lawrence Summers, tuvo que renunciar por sugerir que la poca presentación femenina en ciencias e ingenierías podría deberse a su menor aptitud para estas cuestiones. Una idea que viene de lejos: durante mucho tiempo se aseguró que el hecho de que el cerebro de las mujeres fuera unos cuantos gramos más liviano que el de los hombres era una prueba irrefutable de la superioridad e inteligencias masculinas… hasta que a alguien se le ocurrió preguntar cuánto pesa el cuerpo de las mujeres, y cuanto es el peso relativo del cerebro femenino con respecto al del cuerpo. Luego de hacer unas pocas cuentas, nadie más mencionó el asunto (ya se imaginarán por qué). Es cierto: es un cerebro diferente, esculpidos por las distintas hormonas y genes que van conformando la vida y la historia de una mujer y de un hombre. Y he aquí lo esencial: “diferente”.
Lo verdaderamente fascinante es que la mirada científica femenina sobre el mundo es original, innovadora y absolutamente complementaria de la de “ellos”. Su percepción, capacidad analítica, modos de comunicarse le agregan una riqueza a la ciencia que, de no existir, resultaría una tremenda pérdida para nuestra manera de entender y de entendernos.
La respuesta a este problema de pensamiento lateral, es extremadamente sencilla, pero solo muy pocas personas logran dar con ella. ¿Por qué es tan difícil pensar en esta respuesta?
Una posible explicación es éste otro juego:
1. Toma papel y lápiz.
2. Escribe todos los nombres de mujeres científicas que se te ocurran.
3. Ahora, borra el de Marie Curie.
¿Cuántos quedaron? Posiblemente dos, uno o, en la mayoría de los casos, ninguno. No te sientas mal. Podríamos decir que el 99% de la gente obtuvo el mismo resultado.
Pero ¿Cómo puede ser que no conozcamos ningún nombre femenino en las ciencias? ¿Será que no existen? No. Nada de eso. A las mujeres les gusta investigar y, de hecho, lo hacen. Al parecer, las damas en la historia de la ciencia son como las partículas: fundamentales, pero invisibles. O como el sol: aunque no las veamos, siempre están.
¿Qué hubiera sido de la ciencia sin las mujeres? ¿Será que la historia no es como no las contaron?
Mirar hacia atrás
Mirar “hacia atrás” es importante para reflexionar sobre como se pensaba la ciencia en el pasado. ¡Era todo muy diferente a la actualidad!
Estudiar la historia de la ciencia no solo sirve para conocer la fecha en que se realizó un determinado descubrimiento o invento, sino también permite estudiar el contexto histórico y social donde un científico o una científica desarrollaron su investigación. También es útil su estudio para comprender la importancia que tiene la investigación científica en la sociedad.
b) Fundamenta los siguientes postulados:
- La ciencia es una actividad humana que se aboca a comprender y explicar el mundo que nos rodea.
- La actividad científica es socialmente neutra.
- Las teorías científicas no son verdades absolutas.
c) Sabemos que en tus estudios de primaria y secundaria tuviste contacto con diversos temas que forman parte de las disciplinas de las Ciencias Naturales, en esta línea histórica aparecen algunos acontecimientos importantes que permiten recordar, o volver a mirar e introducirnos de manera informal en diversos momentos fundamentales de estas ciencias.
- Teniendo en cuenta los importantes descubrimientos y logros científicos a través del tiempo considerado: ¿Realizarías algún cambio en esta línea histórica? . Fundamenta.
- ¿Hay algún o algunos lugares en esta línea histórica que podrían incluirse aportes realizados por científicas? Si conoces o investigas puedes agregarlos.
d) La Biología es solo una de las ciencias que conforman el campo de las Ciencias Naturales, ¿Cuáles son las otras ciencias ? Describe su objeto de estudio.
e) Es sabido que dentro de la Biología, la Genética ha avanzado en forma apasionante e importante, y sus aplicaciones son innumerables, en los diversos momentos, contextos, y tiene una utilidad aún con proyecciones desconocidas, que seguramente continuará. Pero…¿Qué sabemos de los términos ADN, ARN, material genético.., ¿Cómo se conoció su estructura y toda la información que encierra? Actualmente se sabe bastante, si buscamos información en bibliografías, en internet, en revistas y artículos de divulgación científica. Pero ¿Cómo habrá comenzado toda esta maravillosa experiencia científica acerca del conocimiento del ADN?.
- Te invitamos a ver el siguiente video - https://www.youtube.com/watch?v=Ddqnkn2kC0s.
f) Y como decíamos; y se sabe la genética posibilitó entre otras aplicaciones, lograr la identidad de las personas, y pensar el rol de la ciencia en las sociedades, te invitamos también a leer en este caso el prólogo, y el capítulo de testimonios, y podrás ir leyendo todo del siguiente libro: “Las abuelas y la genética”. El aporte de la ciencia en la búsqueda de los chicos desaparecidos
https://www.abuelas.org.ar/archivos/publicacion/LibroGenetica.pdf
Bibliografía
- Edelsztein Valeria. 2012. “Científicas. Cocinan, limpian y ganan el premio Nobel (y nadie se entera)”. Bs. As. Siglo XXI editores.
- Franco Ricardo, Frid Débora y colaboradores. 2010. “Ciencias Naturales 9”. Bs. As. Nuevamente Santillana.
- Jiménez Luis Felipe. 2006. Conocimientos fundamentales de Biología. ED Pearson Educación . México.
- Abuelas de Plaza de Mayo y Otros. Las abuelas y la genética. El aporte de la ciencia en la búsqueda de los chicos desaparecidos.