Menguantes

Es un árbol de más de una vida.

De corona ramificada, de hojas buenas

y azahares fuera de época

Su fruto: un juju, tintura, su insumo, pocima divina

Sáname de noche, Sáname de dia

Me dejé reconocer por sus espinas, y me observan…

Agujas sin hilo largas, cortas, blandas, duras, sin tela

Que traspasaron mis manos, sin memoria

Que violentaron mis memorias, sin manos

Sáname donde te vea, sáname donde te encuentre

Fué la espina suelta, la espina mala, la espina rota

Fué la puya desahuciadora, que le robó el aire,

Fué la espina, le repetía, fue la espina, la espina

Sáname, a donde vaya,

Fué la espina agria, la espina puerca, la espina podrida

Que le entró sin miedo por una arteria,

Como bala sin dueño

Dejame abrazarte como ella lo hacía

Allí suelta, mala, rota, agria, puerca, sin miedo, sin dueño

se quedó, dormida, abrazada al árbol desde la ventana

Allí hizo su tarde, nadie corrió.

Sáname, a donde vaya,

Sáname, donde me veas,

Sáname, donde me encuentres.

Sáname de tarde, Sáname todos los días.

Bálsamo de limón, bálsamo de azúcar, bálsamo de vida, te ruego, abrázame como ella lo hacía