“Hay que orar con Alegría, con energía, de todo corazón. No reces solo cuando estás obligado a ello, en la prueba o en la necesidad” - San Juan de Kronstadt
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador/a, y sálvame.
Esta oración se puede rezar en todo momento, puedes repetirla cada vez que lo recuerdes. Se usa para rezar con el Komboskini. Si no acostumbras a rezar, esta oración es una excelente forma de empezar a crear el hábito.
No se necesitan tantas palabras para hablar con Dios, simplemente dirigir a él una frase como esta y pensar en él durante nuestro día, ya es una forma de acercarnos y hablar con él.
Señor y Soberano de mi vida, líbrame del espíritu de indolencia, desaliento, vanagloria y palabra inútil. (postración) Y concédeme a mí, tu siervo pecador el espíritu de castidad, humildad, paciencia y amor. (postración) Si, Rey mío y Dios mío, concédeme de conocer mis faltas y no juzgar a mis hermanos. Porque eres bendito por siempre. Amén. (postración) Oh Dios, purifícame a mi pecador. 12 metanias.
Besa tu cruz e ícono, haz la señal de la Cruz sobre tu cama, de pies a cabeza y de lado a lado, diciendo: Guárdame, Señor, por el poder de tu santa y vivificadora Cruz, y mantenme alejado de todo mal.
Justo antes de ceder el sueño, di:
En tus manos, oh Señor, encomiendo mi alma y mi cuerpo. Bendíceme y apiádate de mí, y concédeme la vida eterna. Amén
Oh Angel de Cristo, Santo Guardián y Protector de mi alma y de mi cuerpo, perdóname todos mis pecados de hoy. Líbrame de todos los ardides del enemigo, para que no encolerice a mi Dios con ningún pecado. Ruega por mí, pecador e indigno servidor, para presentarme digno de la bondad y misericordia de la Santísima Trinidad, de la Madre de mi Señor Jesucristo, y de todos los Santos. Amén.
Oh Señor Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, has dicho: “Sin mí no puedes hacer nada”. Con fe abrazo tus palabras, oh Señor, y me inclino ante tu bondad. Ayúdame a completar el trabajo que estoy por comenzar para Tu propia gloria: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
¡Tú, oh Cristo, eres el cumplimiento de todas las cosas buenas! Llena mi alma de alegría y sálvame, porque eres todo misericordioso.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro dánoslo hoy y perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por siglos de siglos. Amén.
Señor ten piedad. (3 veces)
Oh Cristo, nuestro Dios, bendice la comida, la bebida y la comunión de tus siervos, porque eres santo siempre, ahora y siempre, y por siglos de siglos. Amén.
Te damos gracias, oh Cristo nuestro Dios, que nos has satisfecho con tus bendiciones terrenales; no nos prives también de tu reino celestial. Como viniste a tus discípulos y les concediste paz; ven a nosotros y sálvanos, oh Salvador.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por siglos de siglos. Amén.
Señor ten piedad. (3 veces)
Bendito sea Dios, que nos ha alimentado y alimentado con sus abundantes dones por su gracia y compasión siempre, ahora y siempre y hasta siglos de siglos. Amén.