I start by apologizing to write the following excerpt in Spanish, but feelings sometimes are best suited in the language more familiar to the experience being described. Last week, one of the founders of my former University, Universidad San Francisco de Quito, passed away, and it was a hard pill to digest.
La vida es paradójica, puede pasar del todo a la nada en un instante. Así de un momento a otro el Santiago Gangotena dejó nuestro mundo. Hay una mezcla de tristeza, frustración y miedo. Miedo de que las cosas cambien y que la USFQ pierda su "muchosidad" al perder a uno de sus fundadores. Al mismo tiempo, hay esperanza, porque uno debe confiar en lo que interiorizó: la San Francisco nos enseñó mucho sobre la vida. La USFQ fue crecimiento, fue cuestionar lo que te enseñan, fue entender que dudar está bien, y que encontrar respuestas propias para las preguntas difíciles de la vida es fundamental. Fue también mi comienzo en la física, pero fue mucho más. Me enseñó mucho sobre la vida, la filosofía y las artes, me enseñó que puedo dibujar bien y que el tai chi es una excelente práctica para comenzar el día.
Por eso, hoy agradezco que el Santiago haya logrado plasmar una nueva idea educativa en nuestro país. Nuestro Ecuador es como un pueblito pequeño en el que se puede experimentar y soñar. El sueño de Santiago, Carlos y Bruce salío muy bien, y ahora es una bella realidad. Nuestra tarea desde hoy, es mantener vivo ese espíritu de jovialidad y ligereza, de soñar y trabajar para lograr. Ya recibimos los conocimientos, ahora debemos aplicarlos en nuestra vida.
Por ejemplo, una de las enseñanzas fue que los títulos no-hacen-a-las-personas, sino las personas hacen-a-los-títulos, y que ser bueno y gentil es más importante que ser "importante". Ojalá que no me olvidé nunca de todo lo que aprendí gracias a estos soñadores, porque a veces es difícil pausar y cuestionarse cuando la vida se mueve muy rápido a tu alrededor. A veces uno se pierde en la búsqueda de un título, y maquilla en bromas el estereotipo de que un título te hace más importante. Y el estereotipo sigue viviendo. Ojalá que el tú y la igualdad se mantengan.
Hasta siempre Santiago, gracias por plantar las semillas de lo que se convertiría en un mundo de oportunidades para muchos de nosotros.