Adiós, Mariano José Larra

Hoy día 13 de febrero, el famoso columnista Mariano José Larra puso fin a su vida asestándose un tiro en la sien.

La trágica noticia de su muerte nos llegó a través de fuentes cercanas a la familia, quienes nos comunican que, horas antes del suceso, Larra se citó en su domicilio de la calle madrileña de Santa Clara con Dolores Armijo, que presuntamente le comunicó el fin de su relación, y fue, tras esta conversación, cuando Larra decidió poner fin a su vida, siendo encontrado horas más tarde por su hija pequeña Adela, que iba a hacerle una visita para desearle buenas noches.

A pesar de que las mordaces críticas que realizaba contra la sociedad y la política españolas expuestas en sus columnas y artículos bajo el seudónimo de Fígaro empezaron teniendo un trasfondo esperanzador, a lo largo de los años Larra comenzó a experimentar una insatisfacción para con su patria al observar que no se producía aquel progreso por el que él luchaba. A esa insatisfacción se le añadieron los numerosos desengaños amorosos que, según nos han comunicado allegados al escritor, forjaron en él un carácter débil, contrariado y caprichoso. Todo esto se acentuó con el abandono de Dolores, quien tal y como él afirmaba era la mujer a la que más amor había profesado, y desembocó en la decisión del articulista de quitarse la vida.

Gracias a las presiones del gobierno liberal, la iglesia ha aceptado que Larra, a pesar de su condición de suicida, sea enterrado en un nicho madrileño del Norte.