Una exploración sobre el amor y las relaciones, en la que se desarrolla un diálogo con las nuevas tecnologías en búsqueda de espacios emocionales.
Un corazón se precipita
escurriéndose de la soledad.
Fugado en el Otro
confunde el latido
perdiéndose en la unión,
¿dónde el paraíso?
Dosis de Paraíso nace de la necesidad de tratar el amor y la relación entre dos personas en escena, estableciendo un diálogo con las nuevas tecnologías que permita encontrar nuevos espacios subjetivos, emocionales, internos, en los que poder sumergirse en la complejidad de esta materia. La evolución de las relaciones humanas y sus posibilidades para lograr la armonía. siguen siendo fuente de inspiración y territorio de exploración para la Compañía Sharon Fridman.
La repetición es clave en este trabajo, a través de ella se va desarrollando la transformación de un estado dentro de un ciclo.
La repetición lleva a una cadencia que sacrifica consciencia y genera inestabilidad.
El movimiento en una relación, que nace desde una necesidad, demanda una satisfacción por parte del otro.
Repitiendo una acción, un gesto, consolidamos una ruta, y sólo llevando ese mismo movimiento a su límite podremos bifurcar hacia otro lugar.
En este dúo entramos en la complejidad de una relación, con su inconsciencia y su lucidez, en la que una proyecta sobre la otra lo que no es, lo que necesita, lo que exige, lo que pierde, lo que duele... la otra es siempre reflejo, siempre pantalla de proyección. La repetición genera líneas en el espacio, caminos que van de la dependencia a la confianza, del miedo a la soledad a la unión, del miedo al vacío al paraíso.
Durante la vigilia observamos cómo la inercia en las relaciones humanas acostumbra los sentidos, mecaniza los aprendizajes, habitúa la opacidad del corazón, tendiendo así al accidente, al imprevisto probable, a la ruptura de la línea que frena la vertiginosa velocidad. Disolver patrones tras llegar al umbral será responsabilidad de cada uno.
Recorriendo el camino del amor, la adversidad permite evolución, el sufrimiento forma parte del juego.
Para la determinación del espacio escénico se ha desarrollado una intensa investigación sobre cómo las nuevas tecnologías lumínicas y audiovisuales pueden contribuir a la creación de atmósferas emocionales y sugerir alteraciones en el transcurrir del tiempo.
La dramaturgia de la luz se convierte en un enfoque fundamental a la hora de dibujar “paisajes anímicos”, “retazos de naturaleza humana”, “emociones que todos sentimos”, es una vía de materialización de la energía, adquiriendo múltiples propiedades y desarrollando sus propias intenciones.
La luz nos permite saltar de un espacio en el que habita una realidad existencial y cotidiana a un espacio simbólico, imaginario, en el que se revelan otros planos de lo real.
Es fundamental para lograr en el espectador un estado de apertura en el que sea posible la inmersión escénica.
Durante más de diez años, la compañía utiliza y explora el lenguaje del contact para expresar la naturaleza de las relaciones humanas y sus vidas en el espacio.
Es a través del contacto como nos conocemos, es la vía por la que fluctúa la información de los estados anímicos de cada uno.
El contacto, en la danza, no es sólo físico, sino emocional, mental y energético.