Lo más importante es practicar, practicar y practicar todo lo que puedas.
Por ejemplo:
1. Haciendo todas las redacciones que te pide tu profesor@ y más.
2. Buscándote un amig@ por correspondencia y empezando a escribirte con él/ella. Es fácil encontralos en sitios como:
3. Chatea con nativos árabes o con arabófonos. Puedes buscar personas afines a ti a través de Facebook, por ejemplo. Si no eres partidario de este tipo de plataformas, puedes emplear el programa Skype para contactar y comunicarte con personas de todo el mundo (aunque este programa se emplea sobre todo para la comunicación oral).
Para poder emplear la lengua escrita en árabe sin usar tinta ni papel, tienes dos opciones:
-Puedes arabizar tu ordenador
-Si no quieres o no puedes modificar la interfaz de tu ordenador (aunque este procedimiento siempre es reversible y permite que los demás usuarios que también emplean tu ordenador y no saben árabe ni se enteren de que está arabizado), puedes emplear un teclado virtual
-El último recurso de urgencia y excepcional si ya conoces el alifato (si abusas de él, está claro que acabarás en esta sección) es el alfabeto de chat árabe
A través de la práctica, irás cogiendo soltura y seguridad.
En ese proceso, hay varios aspectos que debes trabajar para mejorar tu escritura, aquí tienes algunos mencionados en este blog:
1. Trabajar y mejorar ortografía y puntuación: los errores ortográficos son lo primero que se percibe en un texto, y una puntuación descuidada lo hace confuso y difícil de leer, hasta el punto de que, en ocasiones, puede variar por completo el sentido de las oraciones.
2. Aprender cómo expresarse con eficacia y sencillez: escribir bien es saber escoger el vocabulario y las expresiones que más se ajustan al registro o tipo de texto que estamos elaborando.
3. Practicar técnicas de composición de textos: aprender a ordenar las ideas, a resaltar las más importantes, a relacionar unas con otras para transmitir el mensaje con mayor precisión.
Un ejercicio sencillo acerca de la organización de ideas
4. Conocer los diferentes tipos de textos: no todos los textos tienen la misma finalidad, por lo que es importante concretar nuestras necesidades u objetivos antes de empezar a redactar. Es necesario conocer las características específicas de los textos expositivos, argumentativos, epistolares, periodísticos o publicitarios, así como dominar las técnicas de elaboración de resúmenes y esquemas.
5. Leer para escribir mejor: leer es, sin duda alguna, la mejor forma de mejorar la expresión escrita, pero para ello también es necesario saber leer prestando una mayor atención al texto de lo que lo hacemos normalmente.
Además de estas cuestiones, debes tener en cuenta los parámetros a través de los cuales se puede medir la calidad de un escrito. Las notas de Pedro Jimeno en
La enseñanza de la expresión escrita en todas las áreas,
los explican de manera resumida, clara y sencilla :
Qué se entiende por “escribir bien”
Diremos que un texto es aceptable cuando estas cuatro propiedades: corrección, cohesión, coherencia y adecuación.
La corrección
Corrección significa respetar las reglas ortográficas, reproducir fielmente las palabras y atender las reglas de la construcción sintáctica.
Veamos un ejemplo de texto incorrecto:
Los protagonistas Will, Henry y Larguirucho escapa una vez tras otra a que les pongan la placa. Todo empieza en Winchester al final se salvan y su proyecto es reunir a todos los que estan como ellos y cuando se junten revelarse a los invasores.
En el texto anterior se dan las siguientes incorrecciones:
La cohesión
Las reglas de la cohesión se refieren a la repetición obligada de ciertas palabras y al uso de pronombres o elementos de referencia (demostrativos, posesivos...). Pero también tienen que ver con la correlación de los tiempos verbales, con el uso de elementos de conexión entre oraciones o párrafos...., y –este es uno de los aspectos más difíciles para muchos aprendices– con la puntuación.
Un error de cohesión puede, incluso, generar incoherencia, es decir, puede provocar
el que se transmita un contenido distinto del que se pretende:
El perro se ha comido la peluca de tu madre y tu madre se ha puesto de uñas, ahora duerme fuera.
La coherencia
Cuando hablamos de la coherencia como una de las propiedades de los textos, nos referimos a su sentido. Los textos responden a la intención de comunicar un contenido. Por lo tanto, deben estar escritos de modo que quien los lea sea capaz de hacerse con su sentido global, de reconocer sin demasiadas dificultades el sentido de cada parte y el del conjunto. En el ejemplo anterior, no queda del todo claro quién «duerme fuera». El lector debe poner demasiado de su parte para darle el sentido correcto. Bastaría con haber repetido el sujeto: «Ahora el perro duerme fuera».
No obstante, la coherencia no es una cualidad o propiedad que existe o no en los textos de modo absoluto. Un texto puede ser coherente para un lector y no serlo para otro, en función de los conocimientos previos de que dispongan. Hacerse una idea ajustada de los saberes que posee el destinatario del texto que se está escribiendo será también una parte de la competencia del buen escritor. Y así, nos acercamos a una propiedad muy relevante, tal vez la más difícil de atender o resolver para un aprendiz de escritor: la adecuación.
La adecuación
Quien escribe lo hace asumiendo un determinado papel social –ciudadano de a pie, presidente de una comunidad determinada, tutor, delegada...–; lo hace con una intención; se dirige a unos receptores uno o varios, conocidos o no...; y todo ello se da en un contexto y en un ámbito determinados: medio de comunicación, administración, familia... Y, finalmente, exige una determinada forma de comunicación, un modo de escribir, que afecta al formato, a la estructura, al tratamiento, al léxico, al tono... Es decir, nuestro texto debe adecuarse a la situación en la que lo escribimos. Así, tan inadecuada será la expresión coloquial en un trabajo de clase, como la culta en un mensaje de Tuenti o entre amigos.
Escribir es difícil, pero lo cierto es que a escribir bien se aprende.
Quienes escriben bien coinciden en que:
Los párrafos
En teoría, el criterio para la creación de un nuevo párrafo es claro: los párrafos son unidades parciales de contenido y, por tanto, cuando se aborda una nueva unidad parcial, una nueva idea, debemos iniciar un párrafo nuevo.
La frase
Entendemos por frase el texto comprendido entre dos signos de punto y seguido.
Consejos para escribir frases eficientes:
El léxico
Pautas referidas al léxico que los alumnos deberían recordar:
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Cohesión, coherencia y adecuación
Cohesión, coherencia y adecuación
Un instructor de mecanografía árabe, para familiarizarte con el teclado arabizado