La Discapacidad intelectual límite(DIL), también conocida como "límite de capacidad intelectual", se refiere al nivel más bajo de funcionamiento intelectual que es considerado dentro del rango de la inteligencia normal. siendo que no se le considera un trastorno mental, mas bien es una forma de funcionamiento intelectual caracterizado por dificultades en el aprendizaje y en el procesamiento cognitivo, siendo una de las principales causas de bajo desempeño y fracaso escolar (Salvador-Carulla et al., 2013).
Antecedentes
En 1973 la Asociación Americana de Deficiencia Mental (actual AAIDD) excluye la categoría de límite de la clasificación de la discapacidad, incluyendo a partir de ese momento exclusivamente cuatro niveles: leve (CI, 52-67), moderado (CI, 36-51), grave (CI, 20-35) y profundo (CI, 20).
La supresión de la categoría limite y los cambios en la valoración del CI, como criterio de diagnostico de la discapacidad intelectual, redujeron el número de personas con esta discapacidad. Esto significó que el 80% de personas que obtenían calificaciones de entre una y dos desviaciones típicas por debajo de la media estadística poblacional eran excluidas de esta entidad nosológica (Zetlin & Murtaugh, 1990).
A partir de ese momento, se observó que el número de alumnos identificados con problemas de aprendizaje aumentaron significativamente (McMillan, Gresham & Bocian, 1998).
Desde entonces, el porcentaje de niños con dificultades de aprendizaje ha seguido creciendo, convirtiéndose en el problema con mayor incidencia en el ámbito educativo (Karande et al., 2008).
Para algunos autores (MacMillan, Gresham & Bocian, 1998) la creciente incidencia de estos trastornos en la infancia es resultado de los cambios en la clasificación de la discapacidad. Para otros, el aumento se debe a la existencia de una mayor sensibilidad hacia estos problemas y a una mayor ocurrencia de trastornos del neurodesarrollo (Artigas, 2011).
La investigación no ha aclarado esta incidencia ni ha apoyado, claramente, estos puntos de vista (Ferrari, 2009). En esta misma línea Artigas et al. (2007) indica que la CIL “se caracteriza por una predisposición a tener dificultades en los aprendizajes y en la interacción social, determinada por una causa subyacente que se expresa en una capacidad de inteligencia ligeramente inferior a la media de la población (pp. 739)”.
Este mismo autor afirma que se suele utilizar como un diagnóstico con connotaciones similares a las de la discapacidad intelectual.
pero destacando que las personas con CIL van a tener unas dificultades escolares, cognitivas, sociales, laborales y de salud mental similares pero de menor grado. Cada vez hay más hallazgos empíricos (no todos documentados) que evidencian que las personas con CIL tener dificultades muy similares a las de personas con discapacidad intelectual leve, que además, van a existir repercusiones emocionales que generan, potencian y en mascaran comorbilidades que empeoran el pronóstico a corto, medio y largo plazo (Martínez y Semrud-Clikeman, 2004).
En la actualidad, el término de capacidad intelectual limite (CIL) o bordeline se utiliza con frecuencia, pero no hace referencia a una entidad nosológica concreta, sino que se concibe como una entidad clínica compleja que apenas ha sido estudiada. De hecho, no hay consenso en la comunidad científica sobre lo que queremos decir cuando hablamos de CIL ni de su relación con otros tipos de trastornos (Artigas-Pallares, Rigau-Ratera, García-Nonell, 2007)
Se caracteriza por presentar un coeficiente intelectual justo por debajo de la media normativa, que oscila entre 70 y 85, encontrándose por encima de la discapacidad intelectual reconocida, así como limitaciones en el ámbito social, académico y laboral.
En la actualidad, la CIL no se considera un tipo de discapacidad, aunque durante mucho tiempo ha estado dentro del marco de la discapacidad intelectual, por lo que no se valora como una entidad clínica (Karande, Kancan & Kulkarni, 2008).
Son varias las barreras que tienen que afrontar las personas con capacidad intelectual límite, como:
Adquisición de habilidades académicas
Fracaso escolar
Dificultades de conducta adaptativa
Dificultades en el manejo de las habilidades sociales
Problemas de salud mental
Las personas con capacidad intelectual límite pueden tener dificultades en las siguientes áreas:
Comunicación
Cuidado personal
Vida doméstica
Habilidades sociales
Autocontrol
Habilidades académicas
Trabajo Ocio
Salud y seguridad
La capacidad intelectual límite, también conocida como inteligencia límite o discapacidad intelectual ligera, se caracteriza por:
Un coeficiente intelectual (CI) entre 70 y 85.
Dificultades para adaptarse a su entorno.
Dificultades para realizar tareas que requieren razonamiento.
Dificultades para procesar información abstracta.
Dificultades para aplicar conceptos aprendidos a nuevas situaciones.
Dificultades para organizar y asimilar información nueva.
Necesidad de más práctica y tiempo para desarrollar tareas.
Menos motivación académica.
¿Cómo se diagnostica la discapacidad intelectual límite? (manual MSD versión para público general)
< Detección prenatal : se realiza para medir las concentraciones de cuatro sustancias en la sangre de la mujer embarazada. Los resultados de esta prueba ayudan a los médicos a evaluar si el feto presenta un riesgo mayor de sufrir ciertas afectaciones como síndrome de DOWM, trisomía 18 o defectos de tubo neuronal.
<Pruebas de criado del desarrollo : para ello se utiliza cuestionarios sencillos que deberán cumplimentar los padres; ellos han de ayudar al médico a determinar el nivel de funcionamiento del niño completando una prueba de evaluación de su estado evolutivo.
< Pruebas formales intelectuales y de habilidades : entrevista con los padres, observaciones del niño; En general estas pruebas formales coparán , cuestionarios en los que compara la puntuación obtenida por el niño con la de oros muchos niños de la misma edad con precisión las habilidades intelectuales y sociales del niño con el segmento de población de su misma edad (llamadas pruebas formativas).
Son evaluados por un equipo de profesionales, incluyendo personal de intervención temprana o personal escolar, un médico de atención primaria, un neurólogo pediátrico o un pediatra del desarrollo, un terapeuta ocupacional, un trabajador social o un profesional de enfermería. Estos profesionales evalúan al niño mediante pruebas, funcionamiento intelectual y búsqueda de una causa(Por Stephen Brian Sulkes, MD, Golisano Children's Hospital at Strong, Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Rochester Revisado/Modificado abril 2024).
capacidad intelectual leve
La OMS en 2020 menciona que, en el caso de las personas con capacidad Intelectual Ligera, su CI se sitúa entre 55 y 70. Diferenciándose únicamente en la intensidad de los apoyos que precisan para obtener un buen grado de autonomía en las actividades de la vida diaria.
Parra en 2020 afirma que las personas con DIL leve necesitan trabajar o estudiar a través de ordenes claras y concisas, haciendo una actividad a la vez, con elementos visuales que sumen interés y con la menor presión posible.
Lo anterior se puede lograr desarrollando actividades recreativas, interesantes y estimulantes para los estudiantes como lo es:
Visualización de contenido multimedia.
Creación de mapas, cuadros, listas, apuntes y recursos de estudio que organicen, sinteticen y clarifiquen información para hacer útil y digerible.
Trabajar con la motricidad bucofacial, esto se puede lograr con ejercicios específicos, clases que impliquen la voz como herramienta indispensable (poesía, actuación, música), tocar un instrumento de viento.
Causas de la capacidad intelectual limite
Problemas al nacer:
Falta de oxígeno:
Durante el trabajo de parto y el parto, el suministro de oxígeno al feto puede reducirse peligrosamente o interrumpirse por completo.
Trauma obstétrico:
lesiones producidas en el feto durante el trabajo de parto y principalmente durante el nacimiento.
Problemas durante el embarazo
Sida congénito:
Es una infección viral que se produce cuando la madre transmite el VIH a su feto durante el embarazo, el parto o la lactancia materna.
Consumo de de alcohol y drogas durante el embarazo:
Los riesgos de beber durante el embarazo incluyen problemas con el crecimiento del bebé en desarrollo y trastornos del espectro alcohólico fetal.
Exposición a radiaciones:
Las dosis altas de radiación durante las primeras ocho semanas después de la concepción aumentan el riesgo de desarrollar algunos defectos congénitos, entre ellos: Un feto que crece menos de lo esperado.
Tos convulsiva, varicela, meningitis.
Malnutrición extrema o no recibir suficiente cuidado médico:
En todas sus formas, la malnutrición abarca la desnutrición (emaciación, retraso del crecimiento e insuficiencia ponderal), los desequilibrios de vitaminas o minerales y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación.
Tratamiento
(Apoyo multidisciplinario)
La mejor atención para un niño con Capacidad intelectual es la que proporciona un equipo multidisciplinario compuesto por:
El médico de atención primaria
Trabajadores sociales
psicopedagogos
Neurólogos o pediatras del desarrollo
Psicólogos
Profesores
Otros profesionales también pueden formar parte del equipo si es necesario. Junto con la familia, estas personas desarrollan un programa amplio e individualizado para el niño, que debe comenzar tan pronto como se sospeche el diagnóstico de discapacidad intelectual.
Generalmente, para el niño con discapacidad intelectual es mejor vivir en su hogar. Sin embargo, algunas familias no pueden proporcionar cuidados en el hogar, especialmente a los niños con discapacidades graves y complejas o con problemas de comportamiento. Esta decisión es difícil y requiere ser tratada a fondo por la familia y el equipo profesional de asistencia. La familia puede necesitar apoyo psicológico. Los trabajadores sociales pueden organizar servicios para ayudar a la familia. Los cuidados y la ayuda pueden ser proporcionados por centros de atención diaria (guarderías), por las personas que conviven en el hogar, por los cuidadores del niño y por centros de atención alternativos (como los centros de respiro familiar). La mayoría de los adultos con discapacidad intelectual viven en residencias que suministran los servicios apropiados a las necesidades individuales, así como la oportunidad de realizar actividades de trabajo y recreativas.