¿Qué es la Morfología?
Podemos definirla como la disciplina que estudia la generación y propiedades de la forma, pero, ¿Qué es la forma? Entendemos a la forma como el resultado de un complejo proceso físico, personal, cultural. La forma, como objeto de estudio, surge de una conjugación de propiedades inherentes a ella como el material, el color, la luz, la escala, las proporciones, la técnica, el tiempo y el espacio, que serán siempre elaboradas por individuos en un determinado contexto social-cultural.
Esto nos alienta a pensar a nuestra materia como un laboratorio de acciones donde la forma es puesta en escena a través de procesos personales, donde la morfología propone, investiga y encuentra respuestas pero no resuelve, porque el resultado es la decantación de estos procesos. Es un espacio donde se desarrollarán las metodologías por encima del mero proceder. La metodología implica la consciencia de un proceso, una perseverancia y convicción del hacer. La metodología modela la forma en sí misma y la forma es el discurso que el método propone. Lograr adquirir y estructurar los conocimientos subyacentes al resultado visual, lograr abstraer la información que atraviesa este proceso y hacerla consciente para desarrollar programas de producción visual individuales es nuestra propuesta para llevar a cabo lo que llamamos el estudio de la forma.
¿Por qué un laboratorio? Porque es el marco para la acción, la prueba, el error, la experiencia. Es un lugar compartido, donde la experiencia de uno dialoga con la del resto, una fuente recíproca de intercambio entre alumnos y docentes. Es sinónimo de intensidad, multiplicidad y variedad.
Así como entendemos el estímulo a la actividad en el taller como el motor colectivo para aprendizaje individual, consideramos que el trabajo fuera de la facultad requiere otro tipo de apoyo. La producción visual es la materialización de una serie de procedimientos conscientes e inconscientes que se suceden cotidianamente porque los intereses particulares son parte fundamental de las tareas de aprendizaje y creación. Son rasgos que hacen al ser humano y que son inseparables de su actividad como productor visual. Para ello, es fundamental estimular y conocer estos aspectos, ayudar a articular métodos de observación, investigación y acción en las actividades cotidianas, ofrecer una guía para facilitar el abordaje a esta serie de estímulos ilimitados que aparecen desarticulados entre sí fuera del marco académico.
Creemos que la morfología debe considerarse como una materia interdisciplinaria que no sólo se alimenta de otras actividades sino que conjuga diversas herramientas técnicas y tecnológicas. En este sentido, el diseñador es un una actor capaz de manejar diversos tipos de conocimiento para conjugarlos sobre una necesidad puntual. Además, entrar en contacto con la experiencia de lo ajeno permite poner en crisis los propios métodos y convicciones; encontrar nuevos horizontes y puntos de referencia; alimentar el proceso particular traduciendo instrumentos y conceptos de universos construidos con otras lógicas. Por ello, la cátedra ha promovido e incorporado conocimientos prácticos y teóricos provenientes de otras carreras y especialidades como la fotografía, la música, el cine, las artes plásticas, el diseño textil, el diseño industrial y propone formatos de entrega que exceden al menú tradicional del diseñador gráfico: piezas producidas con diferentes materialidades; diseño de display y exhibiciones en el taller; piezas audiovisuales; instalaciones e intervenciones espaciales.