(Monstrat Futurum Monet Voluntatem Deorum)
El monstruo de los ecos despierta
como una esperanza en la incertidumbre,
como un tejido resonante de armonía frágil
que se desvanece y multiplica.
Concilia en el misterio que inquieta y apacigua,
el abismo de lo desconocido con la paz del hogar.
Entre el horror y la dulzura
se conjuga en identidades vibrantes
que se reflejan en la nada.
Una demonstración del futuro que se hace escuchar
al palpitar en el presente como eco de sonidos pasados.
Invierte los polos para abrir este sur boreal
de mensaje eléctrico que reafirma los
lazos que acá nacen y mueren
entre el cuerpo y la piedra.