El Monstruo de Ecos

una obra escénica que toma poéticamente al Monstruo del Festival de Viña del Mar.


El monstruo del festival despierta como una presencia que desorienta la relación entre público y artista, sitúandose entremedio para descolocar los roles de quién escucha y quién se expresa. Esto se explicaría por la acústica del anfiteatro de la V Vergara, ya que esta genera una amplificación tanto de los sonidos de la audiencia hacia el escenario como los del escenario hacia la audiencia. Esta obra de Gregorio Fontén toma estas propiedades acústicas para proponer una escultura sonora que es explorada desde la palabra, la performance y la danza como un ecosistema en que se difuminan los límites entre materiales, cuerpos y voces.

El monstruo aparece aquí como una expresión del diálogo ente culturas ancestrales y modernas, entre diversas materialidades e identidades sonoras.