HELENA SÁNCHEZ


Un grupo de senegaleses que vuelven de clase de español se cruza con una familia siria que sale del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), instalado frente a un campo de golf, dentro de una valla en la que se enredan las bolsas de plástico que salieron volando un día en el que alguien hacía picnic en el pinar después de correr la media maratón mientras unos niños se manifiestan en el centro de la ciudad porque no les dejan ir al colegio justo un segundo antes de que en el puerto un chaval argelino que tuvo la mala necesidad de caer de un muro de 5 metros reciba una paliza.


Esta radiografía de Melilla es la de un lugar que en el imaginario de los españoles que nacimos a finales de los 80 a duras penas existe o significa sin el recuerdo de las concertinas. Y que hoy, con tintes casi de realismo mágico, rebosa simbolismo en cada una de sus infinitas vulneraciones de derechos mientras palpita a la desesperada en 12 kilómetros cuadrados y dentro de África.


No se habla de Melilla. Y no porque sea un tema tabú o algo políticamente incorrecto (que también)… simplemente no se habla de este lugar. Yo por lo menos no recuerdo ninguna conversación significativa en casa, ni entre mis amigas ni, mucho menos, en el colegio. Lo más asombroso es que, años más tarde y con un melillense (rara avis) en la pandilla de la Universidad, tampoco se hablaría nunca de Melilla, ese gran bastión patrio que ni siquiera tiene jurisdicción sobre las aguas por las que se van los niños con suerte, la suerte de otros y los envases vacíos de toda la españolidad que exportamos hasta allí para poder sentirnos como en casa.


Es este palpitar contenido lo que busca reflejar mi trabajo. Imágenes de un estado previo (o posterior) al abuso en un ambiente de abandono y atemporalidad que nos dificulta saber si ya ha sucedido o está a punto de estallar.


Todo en aparente calma, en silencio… porque de Melilla no se habla.


Helena Sánchez es una fotógrafa madrileña de 29 años.

Terminó sus estudios de Periodismo y Comunicación Audiovisual en Florencia (Italia) a la vez que aprendía a utilizar la pequeña Nikon d40 que había llevado consigo. Al acabar ese curso, y con el entusiasmo por la fotografía recién descubierto, se da cuenta de que debe replantearse su carrera profesional.

Cursa un practicum de fotoperiodismo en Bosnia Herzegovina y un después de un paréntesis en producción televisiva (Mediapro) y como redactora de TVE, viaja, los dos años siguientes por Francia, México y Centroamérica ampliando porfolio. En su paso por México DF colabora con la Fundación Pedro Meyer de fotografía.

A su regreso a Madrid, Helena decide centrarse en la fotografía ya de manera profesional. Entra a formar parte de la editorial CONDÉ NAST, donde permanecerá los próximos dos años y medio como encargada del plató de fotografía y publicando en las diferentes revistas del grupo: Vogue, Vanity Fair, AD, Glamour, GQ y Traveler. Durante este tiempo, compagina el trabajo con su pasión por la fotografía documental que ya inició en México y Guatemala y completa con nuevos viajes a los Balcanes, Sahara Occidental, Colombia y, sobre todo, España y Portugal.

Recientemente, Helena Sánchez se ha embarcado en su primer proyecto como emprendedora montando en Madrid ESTUDIO-H, un nuevo concepto del retrato de estudio e imagen corporativa.

Exposiciones:

Melilla, FRONTERA SUR en Arts&Flux Gallery, Bruxelles 2018

IBERIA en Aulas Armonía, Madrid 2018

Sahara, Refugee Camps en Abestos Art Space, Helsinki 2017

Piel en Aleatorio, Madrid 2016

hachefoto@gmail.com