Roberto Santoro

Algunas cosas

un viento que se llevó la alegría

y la luna de los dedos

ahora se golpean las cosas con mis ojos

y ventanales de azufre registran la catástrofe


se derrama el misterio como un papel ajado

atropellando nuestro circo de asombro

todo el esperar castillos y brujas para salirnos del cuerpo

como buscando los ángeles

los barriletes huidos

esos interminables bosques de lobos y caperuzas

esas casas de chocolate

de enanos y gigantes

esos silencios de la siesta en que uno cree volver al beso


y cuando echaste no sin esfuerzo los ojos tras la magia

te despiertan

para erigir estatuas que ruedan la mentira

la sinrazón entre bostezos de sangre

el odio pero con nuevas palabras

y todo lo que callo

y todo lo que olvido

y entonces te componen su esfuerzo avinagrado

y creen en los ojos leyendo el abandono

y guardan la estulticia dormida tras la boca

enumerando estrellas

pájaros

canciones


es el momento en que te adentran sus lenguas de huracán

restallando los enigmas que anhelaste

es el momento en que quisieras vestirte de venganza

y hundir sus necios alfabetos

su estar de lacerías

su acopiado cenegal de estiércol

esa ínfima saciedad con el destrozo

el incontrolable idioma con que destierran la vida

robándote el silencio

hiriendo las entrañas de tu sueño

y dejándote como un payaso solo

y entonces te dan ganas de gritar

de no querer el mismo cuerpo

y el escalofrío del insulto se queda como un tonto por los ojos

y se te desgarra adentro como una cosa inquieta

y entonces te dan unas ganas raras de llorar

de caerte muerto

y convertirte en globo

o en lluvia de organitos

qué sé yo


cada día se nos muere un hermano