Antonin Artaud
Cuando llega la hora del crepúsculo

a    m. i. c. G. A.*


Sobre la plaza negra de gente

El campanario se melancoliza,

Aparece ante la iglesia

El vuelo de los viejos cuervos latentes,

Gira la tarde, y la gente llora

Sobre la plaza de ardientes baldosas.

 

El vuelo de los viejos cuervos latentes

Hacia las púrpuras nubes se encadena,

Gira, gira, las viejas penas

Sobre la plaza van a buen paso.

 

Una lenta pena se idealiza

En las nieves del firmamento.

El cielo de amatista viviente

Llora a sus astros,

La explosión de los viejos desastres

Pesa sobre los corazones ancianos,

Aparece la noche encantadora.

 

Dulces esclusas desataos,

Esclusas de lágrimas:

Pasa el Ángel

Y el cielo que viene hacia nosotros.

 

En la ciudad de estalactitas

Cuyas puertas son de lápiz

Armonizan las espigas

En granjas de lázuli,

Espigas de hombres, granjas del cielo

 

Que hacen ese murmullo real.



* Antonin Artaud copió con cuidado este poema dedicado a Génica Atanasiou en un pliego doble de un papel muy lujoso. Muy próximo a algunos poemas de Tric Trac du Ciel, debió haber sido escrito poco después de su encuentro con G. A., sin duda en 1922. Es posible que las letras que componen la dedicatoria de este poema signifiquen: a mon inspiratrice chérie Génica Atanasiou.