. . . .Fué un ensueño de fuego
Con luces fascinantes
Y fieras de rubíes tal heridos diamantes;
Rayo de sangre y fuego
Incendió de oro y púrpura todo mi Oriente gris.
Me quedé como ciego...
¡ Que luz !... -¿ Y luego y luego ?...
-¿ Luego ?... El Oriente gris...