Línea Roja
Una exposición de la artista Sol Rodríguez
Una exposición de la artista Sol Rodríguez
Las líneas, en el arte, han delimitado espacios que configuran la condición psicosocial del individuo y la obra. Te alejan, te limitan, te hacen creer que existe una distancia, una barrera entre lo que observas y lo observado. Nos hacen saber que no podemos pisar las cosas, que debemos tener cuidado, que hay que separarse. Así, dibujar una simple línea para formar un círculo en el piso es un acto de apropiación del espacio: redefine el adentro y el afuera. De la misma manera, los territorios poscoloniales fueron divididos por líneas imaginarias, físicas, impuestas o naturales. Pasamos de ser un territorio recorrido a uno fraccionado. Se asignaron nombres a cada parte, se impusieron políticas diversas. Nos transformamos de un bloque en movimiento a un rompecabezas político, fragmentado y nombrado como nación, luchando por separado contra un mismo enemigo: una idea. Con el tiempo, se construyó la noción de una cultura limitada, restringida a un origen geográfico y convertida en propiedad.
Se olvidó que la cultura es una práctica compartida, una experiencia común. Se inventaron banderas de colores con significados específicos, buscando marcar la nacionalidad y diferenciarse del otro, del que fue definido como distante, ajeno. Bajo esa lógica, se separó un territorio ancestral en dos países vecinos. Una línea —un límite—, un dibujo imaginario y político, determinó el lugar donde debías estar. Para Sol, esos límites fueron borrados para poder transitarlos. No solo para dar testimonio de sus experiencias, sino para narrar la memoria viva de una cultura compartida: un grupo caminante entre dos ori las, o más bien, de un solo territorio sin fisuras.
Las pinturas de la artista revelan, con sutileza y bajo una mirada realista, los rostros, tradiciones, colores y manifestaciones de una etnia que habita entre Colombia y Venezuela. Su convivencia y presencia en la vida de la artista no dejan una marca de separación, sino una huela de conexión. Una línea roja que une a la Sol que fue con la Sol que es: una mujer que teje sus recuerdos con símbolos tradicionales; que camina entre dos territorios que siempre fueron uno, con la capacidad de recrear imágenes, diseñar ideas y manifestar —a través del arte— el gesto poético y político de borrar la línea que nos divide.