Introducción
Todos los seres vivos requieren tres requisitos mínimos para poder establecerse y desarrollarse en un ambiente definido, los cuales son: alimento, agua y refugio. Bajo esa premisa, dentro de una producción avícola que brinda dichas condiciones puede originarse el desarrollo de seres vivos no deseados, diferentes a las aves de crianza y del hombre, los cuales pueden ser perjudiciales para la producción. A estos seres se les denomina plagas, siendo las más comunes en la avicultura las moscas (Musca domestica), el escarabajo de cama (Alphitobius diaperinus), roedores (Rattus rattus, Ratus norvergicus y Mus musculus) y las aves silvestres de diversas especies. El Alphitobius diaperinus o escarabajo de la cama es una de las plagas de mayor distribución en producciones avícolas alrededor de todo el mundo, ocasionando enormes pérdidas en granjas y almacenes de granos almacenados.
La importancia de realizar un adecuado control se basa principalmente en evitar las posibles consecuencias negativas que ocasionan, dependiendo del nivel de infestación y del tipo de infraestructura. Entre las consecuencias inherentes a su presencia tenemos:
Generan el incremento del riesgo sanitario, por ser vectores y reservorios de diversas enfermedades de importancia avícola y como consecuencia de ello elevar considerablemente la mortalidad afectando los parámetros de producción.
Causan estrés en las aves, especialmente durante la noche, reduciendo significativamente sus horas de sueño, disminuyendo el índice de conversión alimenticia.
Desuniformizan la parvada, complicando el manejo en la crianza.
Ocasionan deterioro de la infraestructura, incrementando los gastos en mantenimiento.
Pueden reducir la calidad del producto final, debido a que bajo ciertas condiciones los insectos muerden y perforan la piel de las aves.
Manejo integrado de Alphitobius diaperinus
Es por lo anterior, la enorme necesidad de establecer diversos métodos de control que se complementen y permitan su aplicación de forma eficiente, económica y sostenible en el tiempo, a esa estrategia se denominará Manejo Integrado de Alphitobius diaperinus
El manejo integrado de esta plaga tiene 4 etapas, partiendo del diagnóstico, definir la estrategia, entrenamiento del personal, monitoreo de resultados y control de actividades.
1. Diagnostico
De la plaga a controlar: su ciclo biológico, sus preferencias alimenticias, su comportamiento, su horario de actividad, zonas de refugio, zonas de reproducción, condiciones que predisponen su incremento como la humedad en la cama, mala distribución de la cama, concentración de amoniaco, derrames de alimento, fugas de agua, etc.
Del manejo y control (factores que podemos mejorar): en este punto podemos revisar la formulación del insecticida, validad de su eficiencia, equipo de aplicación que se dispone, rendimiento del insecticida, momento de aplicación actual, calidad del agua que se usa en la preparación de la mezcla insecticida, si la metodología de aplicación esta estandarizada, el manejo de la producción durante la campaña y orden y limpieza general de la granja.
Tipo crianza e infraestructura (factores que no se modifican): Giro de la producción, ciclo de la crianza, entono de la granja, tipo de infraestructura (material noble, palería), tipo de equipos (comederos automatizados o convencionales, bebederos en carriles o tipo campana), estado y antigüedad de la infraestructura (presencia de palería, rajaduras en piso o muretes.
2. Definición de la estrategia
Una vez realizado el análisis de riesgos específico para cada establecimiento, se deberán implementar las estrategias del manejo integrado de esta plaga, diferenciando dos etapas, la primera preventiva durante la crianza y la segunda correctiva durante el vacío sanitario.
Prevención: el plan de control preventivo debe basarse en las buenas prácticas de manejo a fin de dar las mejores condiciones de crianza a las aves e indirectamente desfavorecer la multiplicación del insecto. Esto implica lo siguiente:
Mantener la cama nivelada, suelta y sin “champas o costras”.
Manejar correctamente el ambiente del galpón de día y de noche, realizando una adecuada ventilación para mantener bajos los niveles de amoniaco.
Verificar la altura de los bebederos, así como su buen estado, evitando la existencia de fugas o goteras que deterioren el estado del material de cama y ocasionen exceso de humedad.
Evitar la caída de alimento durante la distribución, asegurándose que los comederos se encuentren a un correcto nivel sobre el suelo.
Recoger de forma y eliminar de forma oportuna los derrames de alimento y la mortalidad.
Control: En la etapa de vacío sanitario, todos los esfuerzos deben estar orientados a disminuir la presencia del insecto a la mínima expresión posible, debiendo considerar las siguientes pautas:
Empezar por decidir el momento oportuno y número de aplicaciones del insecticida elegido, estas aplicaciones podrán realizarse inmediatamente después de la venta de los animales, durante el compostado en caso de reúso de cama, previo a la recepción de la cama nueva y de forma correctiva durante la crianza (no adecuada).
Respecto al producto a elegir, actualmente en el mercado existen insecticidas líquidos y en polvo de variada eficiencia, de diversos grupos químicos como organofosforados, piretroides, neonicotinoides, IGR y mezclas comerciales, cuyo efecto para cada estadio puede ser más o menos específico y residual que el otro.
Validación periódica (por lo menos una vez al año) de los productos empleados en el control, esta saludable practica permite saber que se viene empleado la opción más efectiva debido a resultados de mortalidad de los insectos, asegurar la bioseguridad de las aves y búsqueda permanente de reducir o mantener los costos del programa.
Preparación del galpón, se debe considerar que previamente a la aplicación se tiene que hacer un barrido total del predio a fin de reducir los lugares de refugio,
Contar con el equipo de aplicación y de protección personal en óptimas condiciones; con el primer punto nos aseguramos de tener la velocidad de aplicación, calidad de gota o dispersión del polvo deseados, y con el segundo punto nos aseguramos de que el personal operativo realice la actividad con la confianza de que su integridad está garantizada.
Metodología de aplicación, tener presente que las aplicaciones podrán causar la muerte de los estados larvarios y adultos (más activos y expuestos) que entren en contacto directo con ellas, por lo tanto es imprescindible asegurar que los tratamientos sean direccionados a las áreas claves como postes, debajo de tolvas, muretes y sobre techos, logrando una adecuada penetración hasta sus zonas de refugio; o por otro lado, elegir un producto residual que permanezca activo el tiempo suficiente en los lugares claves hasta que los huevos y pupas (de menor actividad y escondidos) tengan contacto con éste durante el ingreso del nuevo lote de aves.
Se debe considerar que el producto seleccionado tenga un tiempo prudencial para realizar su efecto antes de aplicar otro producto químico como detergentes o desinfectantes que pudieran tener reacciones adversas que reduzcan el tiempo de vida de la molécula insecticida.
3. Entrenamiento de personal
Sin embargo, aun teniendo el mejor producto insecticida, la estrategia establecida, los equipos de aplicación y protección en óptimas condiciones, no se puede asegurar los resultados del programa si el recurso humano no está correctamente entrenado, capacitado y motivado. Por lo que la capacitación de los colaboradores es clave debiendo esta ser de forma continua ya que existe una curva de aprendizaje y rotación de personal.
4. Monitoreo de resultados
El monitoreo del nivel de Alphitobius diaperinus es parte clave para poder corroborar el correcto funcionamiento del programa de control o tomarse medidas oportunas y adicionales para evitar el incremento de la plaga de presentarse el caso. El sistema de monitoreo a usar debe ser practico, puede ser cuantitativo o cualitativo siempre que pueda representar el nivel real de infestación dentro de los galpones.
5. Control de actividades
Se debe establecer un programa de visitas coordinado o inopinado, para verificar el correcto cumplimiento del programa de control de Alphitobius diaperinus, para lo cual se puede apoyar de una herramienta de gestión como un checklist de verificación que contemple puntos clave como: uso de los equipos, implementos, accesorios, productos, dosis, presión de trabajo, rendimiento y tiempo.
El profesional de sanidad o auditor seleccionado debe generar confianza por parte del personal operario, brindar la información de forma transparente y exponer sus dudas de ser el caso.
Comentarios finales
Es importante tener presente que no se puede hablar de una eliminación total de las plagas, pero si es posible mantener la incidencia de la plaga en un nivel que no genere mayor impacto económico siempre que se implemente y ejecute un plan de manejo integrado con las pautas ya descritas, teniendo un programa establecido y tomando medidas técnicas adicionales de ser necesarias, trabajando en orden, limpieza, cultura de trabajo, fomentando conciencia y capacitando al personal y/o clientes.
Ing. David Enrique Ricce Ramos
Especialista en Manejo Integrado de Plagas