Segundo ciclo de secundaria

El camino de Santiago

1. El Camino de Santiago enseña a vivir con lo mínimo y a valorar las pequeñas cosas. Esta es una de las lecciones más importantes para todo peregrino. Salimos de casa con la mochila cargada, llena de cosas sin las que creemos no podemos vivir. Y a medida que avanzamos en nuestro Camino nos vamos desprendiendo de que lo no necesitamos. Cada gramo que se carga hace la diferencia. Es una lección de vida.

Por este motivo siempre os recomendamos llevar con vosotros solo lo imprescindible. Todo lo demás puede quedar en casa, os lo podemos enviar a la meta de tu Camino con nuestro Paq Peregrino o llevar de etapa a etapa con el Paq Mochila.

2. El Camino de Santiago nos hace a todos iguales. Si hay algo que nos enseña el Camino de Santiago es que todos somos iguales. Da igual el origen, la raza o la religión. Si eres más rico o más pobre. Si eres mayor o joven. El Camino de Santiago te iguala: recorres los mismos kilómetros, duermes en las mismas literas y tienes la misma meta.

3. En el Camino de Santiago nunca estás solo. Da igual que hayas decidido hacer el Camino de Santiago en solitario, en pareja o en grupo. En el Camino siempre estarás acompañado. Esta es una de las verdades universales de las Rutas Jacobeas. La amistad, la solidaridad, la hospitalidad y la fraternidad son valores intrínsecos al Camino.

Siempre habrá alguien que te eche una mano ante una dificultad, que te dé ánimos en los peores días y que comparta contigo un recuerdo, una vivencia, una confesión o una cerveza.

4. Un Camino de superación. El Camino de Santiago te enseña que no hay límites. Que siempre puedes un poco más. Te enseña lo fuerte que puedes llegar a ser, tanto física como mentalmente.

Cuando crees que ya no puedes dar un paso más, cuando no encuentras una fuente y mueres de sed, cuando estás empapado o lleno de frío y te quedan algunos kilómetros por delante… El Camino te coloca ante un reto del que siempre saldrás airoso.

5. Disciplina para afrontar el Camino. Muchos de vosotros habéis apuntado como una de las enseñanzas del Camino la disciplina. Disciplina, constancia y esfuerzo para planificar la Ruta. Para afrontar el día a día. Para superar los retos que se interpongan en nuestro Camino. Para poder llegar a la meta.

6. La paciencia, virtud del peregrino. En este viaje interior que supone para cualquier peregrino el Camino de Santiago, además de disciplina se aprende a desarrollar la paciencia. Solo con esta actitud, el peregrino puede soportar los contratiempos y dificultades que surgen en el Camino.

7. El poder antiestrés del Camino. En los últimos tiempos, el Camino de Santiago nos enseña que otra forma de vida es posible. Vivimos estresados, con el tiempo justo para todo. Compitiendo cada día con nuestras obligaciones y deberes, luchando contra el reloj.

El Camino de Santiago nos enseña a llevar otros ritmos. A ir paso a paso hacia donde las flechas amarillas nos lleven. Y eso nos ayuda a recolocar prioridades, a reflexionar, a meditar.

8. Desintoxicarse de la tecnología. Para muchos peregrinos, el Camino de Santiago permite desintoxicarse. Hablamos de una desconexión más física: del teléfono, de las redes sociales, de internet… De todas esas cosas sin las que vivíamos hace unos años pero que ahora ocupa un gran porcentaje de nuestra vida. El Camino de Santiago nos permite salir sin nada, siguiendo el rastro de la flecha amarilla.

9. Conexión con la naturaleza. Desconectar del día a día nos permite conectar con otras cosas que dejamos olvidadas. Por ejemplo: la naturaleza. El Camino de Santiago ofrece, entre otras muchas cosas, pequeños oasis naturales que permiten al peregrino disfrutar de los paisajes, de la flora, de la fauna.

De esas pequeñas cosas que hablábamos en el primer punto y que aquí conecta con los tesoros naturales de las Rutas: bosques, ríos, lagos… Todo está ahí para disfrutarlo durante tu Camino.

10. La conexión con uno mismo en el Camino de Santiago. Lo hagas por motivos religiosos o no, no hay duda de que el Camino de Santiago está lleno de espiritualidad. De una magia muy difícil de explicar que es lo que nos hace volver al Camino una y otra vez.

De todas las lecciones que nos da el Camino, la de conexión con uno mismo es de las más importantes. Porque te permite mirar dentro de ti, reflexionar hacia dónde vas, qué es lo quieres, qué es lo que verdaderamente necesitas y con quién quieres compartirlo. El Camino de Santiago funciona como un terremoto interior que a un gran porcentaje de peregrinos le cambia la vida.


Situaciones de Aprendizaje:

¿NOS HEMOS OLVIDADO DE DIOS?

 ¿QUIÉN NOS LIBRARÁ DEL MAL?