La historia de los hermanos Serdán comenzó en La ciudad de Puebla en el año de 1872, cuando sus padres, Manuel Serdán y Carmen Alatriste, decidieron contraer matrimonio. Al año de casados nació su primera hija, ala que llamarían Carmen. Dos años después nació Natalia y el 2 de noviembre de 1877 nació Aquiles. La profesión de abogado de Manuel Serdán permitía que su familia viviera en una posición bastante desahogada. Aunque su forma de vida al principio no era del todo buena, para mejorarla ellos pusieron una tienda de zapatos en el año 1890.
Mientras que la situación nacional era cada vez más tensa y se registraban por todas partes brotes de descontento contra el gobierno de Porfirio Diaz, El negocio de zapatos de los Serdán prosperaba. Pronto tuvieron que cambar de local por uno más amplio, donde se pudiesen fabricar y vender más zapatos. En mayo de 1909, Aquiles asistió a la fundación del Centro Antirreeleccionista, en donde tuvo la oportunidad de conocer a Francisco I. Madero quien lo dejo muy impresionado, no solo por su fe en Ia democracia y su entusiasmo, sino también por su espíritu de lucha y sacrificio en contra de la dictadura de Porfirio Diaz. Desde ese momento, Aquiles se sintió plenamente identificado con La causa maderista y su principal interés fue difundir los ideales antirreeleccionistas. Por fin había encontrado una forma concreta de actuar en contra de la tiranía.
Mientras que Madero continúo viajando por todo el país haciendo una intensa campaña en contra de la reelección de Porfirio Diaz, Aquiles se instaló nuevamente en Puebla y comenzó de inmediato a recorrer todo el estado con e l fin de hablar con los obreros de las fábricas y con los campesinos de las haciendas. Trataba de explicarles a los trabajadores el significado de la frase: "Libertad y sufragio efectivo, no reelección"; que los campesinos y los obreros conocieran sus derechos y la necesidad de terminar, por una vía democrática, con Ia dictadura. Aquiles Serdán participó en la campaña de Francisco I. Madero pensando que eran posibles unas elecciones legales, donde su pueblo expresara verdaderamente su voluntad soberana, a través de su voto contra Diaz. A esta campaña política se unieron, desde luego, Los hermanos Serdán, quienes compartían con Aquiles su convicción por la democracia, al igual que sus amigos más cercanos. A pesar de que comenzaron a ser perseguidos por las autoridades, los Serdán y su grupo continuaron haciendo propaganda y consiguiendo más voluntarios al movimiento. En julio de 1909, las condiciones eran propicias para fundar el primer Centro Antirreeleccionista en la ciudad de Puebla. Con tal propósito, Aquiles redacto un escrito que un día amaneció pegado por toda la ciudad, en el que se invitaba a toda la ciudadanía a reunirse el domingo con el fin de fundar dicho centro. Muchos fueron a ayudar y así quedó fundado el centro "Luz y Progreso “a pesar de un difícil principio (ya que algunos asistentes que fueron a ayudar eran agentes infiltrados por la policía), en las semanas que siguieron se fueron uniendo al centro más y más personas, al grado de que la mesa directiva decidió alquilar un teatro donde, Los domingos por la tarde, tendrían lugar las futuras reuniones. Se acordó también editar un pequeño periódico que se llamaría La no reelección. El centro "Luz y Progreso" tuvo tanto éxito, que otros centros similares fueron apareciendo par todo el estado, muchos de ellos formados por obreros y campesinos. No obstante, la actividad política que desplegaron Aquiles y sus seguidores, actuaron siempre dentro de la más estricta legalidad. Pero causaban gran disgusto entre los poderosos, que veían sus intereses amenazados.
Durante los días previos al 20 de noviembre de 1910 se repartieron armas y se dieron instrucciones sobre lo que cada uno tenía que hacer. Desafortunadamente, el 17 de noviembre el gobernador de Puebla Logró enterarse de que, tres días después, Madero y sus seguidores en todo el país planeaban levantarse en armas. De inmediato giró instrucciones para que la casa de Los Serdán fuera cateada, pero ese mismo día alguien logró avisarles a los Serdán que al día siguiente, la policía registraría su casa. Ante estas noticias, y puesto que todo estaba listo ya para el levantamiento, Aquiles decidió adelantar la fecha. En la tarde se reunió con los más valientes y decididos de sus seguidores, entre los cuales se encontraban sus hermanos, quienes al conocer los nuevos planes se mostraron de acuerdo con el mayor. En las horas siguientes enviaron mensajes a fin de comunicar al resto de los involucrados que el movimiento daría inicio el 18 de noviembre, y no el 20 como se había planeado al principio. Por la noche de ese mismo día 17, se llevó Natalia a sus cinco hijos y a los dos de Aquiles. En la casa quedaron Aquiles, su madre, su esposa, Carmen, Máximo y tres amigos más. Después de pasar la noche en vela ya que ellos estaban asustados de que llegaran los policías por la noche, a las 7 de la mañana del día 18, comenzaron a sonar los primeros disparos. Para la defensa de la casa se organizaron en dos grupos, uno dirigido por Máximo que debía defender desde la azotea la parte posterior de la casa; el otro lo dirige Manuel Velázquez y defendía el frente. Aquiles y Carmen se situarían en la planta baja, defendiendo la entrada desde uno de los balcones. En poco tiempo la casa estaba rodeada por la policía, que más tarde recibiría el apoyo de los federales. Como a las 8 de la mañana, Carmen salió al balcón a gritarle al pueblo: —Vengan, ¡por ustedes lo hacemos!; La libertad vale más que la vida! iViva la no reelección! Aprovechando el momento en el cual Carmen estaba desprotegida aprovecharon para dispararle
A las 10 de la mañana el combate era ensordecedor. La casa era atacada por aproximadamente mil hombres que disparaban desde todos los ángulos. Dentro, los defensores empezaron a sufrir bajas. Un poco más tarde, Carmen subió a la azotea a llevar más parque a los combatientes y a pesar de su herida, siguió disparando al lado de Aquiles. A las 11 de la mañana, Carmen volvió a subir a la azotea, descubriendo que solo quedaba en pie su hermano Máximo que, sin hacer caso de sus suplicas para que bajara, le pedía más parque. En lo que Carmen bajó en busca de municiones, los federales lograron apoderarse de la azotea y mataron al más joven de los hermanos Serdán.
Aquiles, at enterarse por Carmen de la muerte de su hermano, dejó de disparar y puso su carabina en un rincón. Esto permitió que un grupo de federales llegara frente del zaguán de la casa; Carmen sugirió que era fácil matar a la mayor parte de ellos, a lo que Aquiles contestó: —Ves algún jefe entre ellos? —No están solos —contestó Carmen. Pues bien, esos hombres tienen madres, esposas, hijos o hermanas. Si ya supiera que con su muerte triunfaríamos, los mataría a todos, pero estamos perdidos de todas maneras. Yo me voy a esconder y saldré cuando en La noche se organicen Los nuestros. Su deber, como jefe del movimiento en Puebla, era mantenerlo, y para ella tenía que permanecer viva. Así es que se despidió de su familia, se quitó el abrigo y con su pistola cargada se metió en el frio y estrecho agujero que ya antes le había servido de escondite que había hecho debajo de su recamara. Mientras tanto, Carmen seguía disparando. pero comprendió que todo estaba perdido y se dejó llevar por Filomena, la esposa de Aquiles, a una pieza contigua, donde estaba su madre. La tropa por fin penetró en la casa y, después de revisarla por todas partes, se Llevó a las tres mujeres al cuartel de la policía. Como a Las dos de la mañana, los soldados que custodiaban la casa de los Serdán oyeron que alguien tosía; después se oyó un crujido de un mueble. Al Ilegar al sitio de donde provenían los ruidos, se encontraron con Aquiles Serdán, que salía de su escondite. Los soldados le dispararon y así fue como acabaron con todos los hermanos Serdán, aunque gracias a este acontecimiento fue la gota que derramo el vaso para que empezara la Revolución Mexicana.