El mundo contemporáneo cada día se degrada más a causa de la ignorancia, la hipocresía y la ambición del ser humano, el cual, insatisfecho con lo que es y con lo que tiene, desea enriquecerse suponiendo que el acrecentamiento de sus bienes materiales se verá reflejado directa y proporcionalmente en su calidad como persona. Los sistemas religiosos han fallado en su misión de hacer hombres de bien y, a su vez, lo mismo ha ocurrido con las ideologías políticas. En este caos en el que los días parecieran suceder de manera repetitiva e inútil la francmasonería se presenta como un asidero del cual sujetarse a fin de no caer en el abismo de la corrupción social. Si usted tiene interés en conocer nuestra institución por favor lea el contenido de este sitio web.